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domingo, 19 de octubre de 2014

FINAL




Narra Louis
Entramos al piso y Paula se tumbó en el sofá. Estaba agotada y era normal.

Yo, con mi niña en brazos, subí a la que iba a ser su habitación a partir de ese momento.

-Paula, no has visto todo... Sube
-reí al ver la habitación y puse a Jane en su minicuna.

Estaba dormida.

-¿Qué pas... -se calló al darse cuenta-. Voy a matar a Harry hahahaha. ¡Madre mía! ¿Pero has visto cuánto globo?

Literalmente, media habitación estaba llena de globos, pero esta vez de todos los colores y tamaños. Loco.

-Sabes que te encanta hahaha. A mi también -dije sacando el móvil para hacer una foto a la habitación.



JUNIO 2018

-¿Has cogido todo?
-Creo...
-Eso es un no. Voy a revisarlo -dije mirando entre las maletas.
-Nos tenemos que ir o perderemos el avión... Lou.
-No perderemos ningún avión porque es nuestro, reviso todo rápido y voy con vosotras al coche -vi como mi chica rodaba los ojos haha.

Narra Paula
-Jaane -la llamé para captar su atención.

Levantó la vista de su conejo de peluche.

-Ven con mami, cielo
-me agaché y abrí los brazos.

Ella se levantó.

-Taaaaaaaa -vino corriendo hacia mi con su gran sonrisa y sus ojazos azules.
-¡Es que te como! -le besé en la mejilla y me levanté con ella en brazos.

Salimos de casa y senté a Jane en su sillita de seguridad del coche.

En unos minutos Lou llegó y se subió en el asiento del conductor.

-¡Nos vamooos! -gritó eufórico y dando palmas para que Jane lo imitara.

Ella dio palmas como Lou y se rió haha.

-¿Y el coche?
-Lo dejaremos en el parking del aeropuerto, como siempre.

Horas más tarde, estábamos en Barbados y de ahí nos desplazamos hasta una playa privada donde pasaríamos los siguientes días.

-Dios, es increíble.
-Sí, es una pasada -dijo Lou mirando todo lo de su alrededor-. Ya verás qué bonita la casa. Bueno, la cabaña.

Me cogió la mano y fui arrastrada con Jane en brazos hasta una cabaña pequeña y acogedora. Muy a lo Tarzán pero en versión playa haha.

-¿Te gusta, cariño? -cogió a Jane de mis brazos.
-Me encanta -le di un beso en los labios.

Al acercarme, Jane que tenía su cabecita en el cuello de mi chico, pegó su cara a la mía, me pasó la lengua por la cara y rió.

¡Qué bicho! Hahaha.

Unos chicos nos trajeron el equipaje y lo primero que sacamos fueron los muchos trastos de Jane. 

-Pedí que pusieran una cuna en nuestra habitación -me informó.

Enseguida la peque se durmió ya que las ocho horas de vuelo la agotaron. La puse en su cuna, al lado de nuestra cama.

-Estoy mueeertooo -se dejó caer en el sofá del salón.
-Y yo -me tiré encima suya.
-Aauch haha salvaje -se movió debajo de mi y nos acomodó mejor a los dos en el sofá.
-Hmm -me acoplé a su cuerpo y escondí mi cara en el hueco de su cuello y le di un pequeño mordisco.
-No me creo que por fin estemos de vacaciones. 
-Tampoco es que trabajaras... -dije divertida.
-Haha lo sé, pero me refiero a salir de UK. No hemos salido del país desde que estabas embarazada de cuatro meses y desde que nació Jane mucho menos salir de casa por días haha.

Resulta que yo no quería viajar con Jane porque me parecía que era demasiado pequeña pero ahora que tenía quince meses... era diferente porque ella era un poco más independiente ya que andaba y dormía más seguido. Mi bebé se estaba haciendo mayor. 

Me moví y me tumbé encima. Abrió las piernas y las flexionó, haciendo que estuviera más cómoda entre él. Me incliné para besarlo y puso sus brazos alrededor de mi cintura, pegándome más. 

-¿Estás juguetona? -susurró pegado a mis labios.

Asentí melosa y le mordí el labio inferior.

-Pues estás de suerte -capturó mis labios-, yo quiero jugar contigo -bajó el tirante derecho de mi camiseta de tirantes finos-. Siempre, nena.
-Entonces soy la chica más afortunada del planeta -empecé a besarle toda la cara y luego bajé hasta su cuello haciéndole cosquillas.

Dos horas fue lo que Jane tardó en despertarse y nosotros en salir de nuestra burbuja de sexo en el sofá. 

-Hora de cenar -canturreé para los dos niños de mi vida: Jane y Lou. 
-¿Qué hay para cenar, mamiii? -Lou imitó la voz de un niño.
-Tonto -me reí.
-No es por nada, pero si te has fijado no hay para cocinar. El tiempo que estemos aquí, ni tú ni yo vamos a hacer absolutamente nada. Hay que llamar y pedir qué queremos de cena. 
-Uhg, suena bien. 
-Sí, muy bien -se dejó caer en el sofá, a mi lado.
-Voy a bañar a Jane y mientras pides la cena, lo que sea -le besé la sien y me levanté.

Cogí a Jane de la alfombra del suelo ya que estaba jugando con sus juguetes ahí y la llevé al baño.

Los siguientes dieciocho días fueron... simplemente increíbles. Nunca me había sentido tan completa en la vida y más con lo que Lou organizó el cuarto día de estar allí.

[FLASHBACK]
-Nena, me apetece dar un paseo a los alrededores... Quedaos aquí y en un rato estoy por aquí dando por culo.
-¡Esa boca! -me giré con la boca abierta y el ceño fruncido.
-¡Sí, mami! -puso los ojos en blanco- Beso -pidió acercándose.

Me cogió la cara con una mano y presionó sus labios contra los míos, luego fue un metro más allá de mi y se agachó para besar a Jane en la cabeza.

-Muaaa -balbuceó mi chica.
-Muaaa -la imitó Lou.

Pasaron dos horas o incluso más y yo seguía con Jane jugando en la blanca arena, bajo una pérgola con miles de juguetes alrededor.

-Aaaahhh -gritó Jane viniendo hacia mi.

Su forma de comunicarse era gritando o farfullando cosas haha.

-¿Qué pasa mi vida? -la apoyé en mi pecho y me rodeó el cuello con sus bracitos.

Suspiró cansada.

Me levanté con Jane enroscada a mi cual koala y paseé con ella bajo la pérgola, acunándola entre mis brazos para dormirla.

En menos que canta un gallo quedó dormida y entré en la cabaña para llevarla a su cuna.

Fui a la ''cocina'' y abrí la nevera para coger un zumo de piña.

Me relajé un poco cerrando los ojos, estirada en el sofá hasta que escuché música reggae. Abrí los ojos, fruncí el ceño y no supe que más hacer.

Me desperecé un poco más. Me levanté y me asomé con miedo a la puerta de la cabaña.

WTF. Había un grupo de personas tocando música reggae frente a nuestra cabaña.

Se me hacía MUY RARO ya que era una playa privada y nosotros no habíamos dicho que queríamos eso.

Cerré la puerta y mi móvil sonó encima de la mesa de comedor. Era un WhatsApp de Lou.

''Ya que te has asomado a la puerta, sal. Acércate a la orilla''

-¿Qué? -farfullé en voz alta.

A los pocos minutos recibí otro.

''Ven a la orilla''

Fruncí el ceño mucho más de lo que ya lo tenía, sin entender nada de nada.

Cogí el walkie de Jane para escucharla si lloraba y salí de la cabaña. La gente del grupo de reggae me miraba mientras yo pasaba entre ellos mirándolos con poker face. ¿Qué estaban haciendo ahí?

Me acerqué a la orilla y Lou estaba sentado de espaldas, abrazándose las rodillas. Tenía la mirada fija en el mar y la pequeña brisa que había le revolvía el pelo. Me encantaba. Le hice una foto con el móvil y al escuchar el ''clic'' se giró. Sonrió al verme y le hice otra foto.

-Ven -se levantó y caminó hacia a mi.
-¿Qué es todo eso? -señalé a mis espaldas.
-¿El qué?
-No te me hagas el loco -sonrió achinando los ojos de esa manera que tanto adoraba.
-Vamos -me cogió la mano y andamos hacia la otra dirección de la playa.
-¿Quién son? -insistí muerta de curiosidad- Van a despertar a Jane de su siesta.
-Tiene sueño profundo.
-¿Dónde vamos?

Le hice decenas de preguntas que no contestó, sólo sonreía mientras me llevaba hacia algún lugar.

-¿Qué e... -me callé de golpe y lo miré, abriendo los ojos.

A unos metros había conchas de mar formando un mensaje en la arena. Estaba algo lejos, por eso no pude saber qué ponía exactamente.

-Vamos a acercarnos más -dijo con una tímida sonrisa.

Caminamos en silencio y casi me desmayo. Lou pasó su brazo derecho por mi cintura y me pegó a su cuerpo.

-¿Qué me dices? -sonrió de lado, nervioso.

El mensaje de conchas decía ''¿Quieres casarte conmigo, mañana?''.

-No.

Frunció el ceño y se puso tenso a mi alrededor.

-No quiero -lo miré fijamente-. Lo necesito -susurré cerca de su cara.

Noté cómo la tensión de todo su cuerpo desaparecía y, finalmente, me sonrió.

-No me des esos sustos porque vas a matarme algún día de estos -no me lo pensé mucho antes de pegar mis labios contra los suyos.
-¿Mañana? -pregunté ilusionada enroscándome a su cuerpo.
-Mañana. Solos nosotros tres.
-¿De verdad?
-Sí, nena -me abrazó.

Estuvimos así unos minutos y decidimos volver por si Jane se despertaba. Eso sí, no sin antes hacernos unas fotos con las cochas.

-¿Qué hace esa gente delante de la cabaña? -pregunté mientras andábamos por la orilla de la playa.

Yo iba enganchada a su mano con las dos mías. De repente, me cogió por las piernas y me las enroscó a la cintura. Entre besos y tonterías, llenos de felicidad, llegamos a la cabaña.


-Sé que te gusta esa música y a mi también me gusta. Me parece bonito.
-Sí -sonreí más feliz que una perdiz y le di un beso en la mejilla.
-¿Nos vamos a casar mañana de verdad?
-Si tú quieres, sí -me miró.
-Sí. Sí quiero -sonrió.
-Sé que nunca te lo he pedido como dios manda aunque te diera el anillo y todo eso -rozó el anillo de pedida de mi mano con sus dedos-. Hace semanas, mientras planeaba este viaje, lo pensé y ¿por qué no?
-Sí me lo pediste, tonto.
-Pero no como esperaba pedírtelo algún día.
-Lo importante es que estamos juntos, casados o no. Eso me basta.
-A mi también. Me has dado lo más bonito que hay en la vida que es tener un hijo. No sabes lo afortunado que me siento de tener una familia como la nuestra y por eso quería hacer las cosas bien.
-Te adoro -lo abracé de lado con todas mis fuerzas.
-Te amo -me paró y me dio el beso más dulce y lleno de sentimiento de la historia de los besos.
[FIN DEL FLASHBACK]

-¿Me estáis diciendo que os habéis casado en secreto? -preguntó mi madre con la cara blanca.

Jane estaba de pie en el sofá jugando con el pelo de mi madre.

-Sí. Bueno, no. En secreto no -comenzó Lou-. Nosotros sabemos que nos hemos casado -explicó obvio y rodé los ojos al escucharlo.

Mi madre seguía pálida.

-¿Mamá?
-¡Yo quería una boda tradicional!
-Es nuestro matrimonio. Nos hemos casado en la playa, preciosa por cierto, en Barbados y eso es todo. Nada más.
-¿Nada más? ¿Y las damas de honor, el padrino, la madrina, los testigos, los invitados, la familia y amigos, los preparativos, el vestido de novia? ¿Qué ha pasado con todo eso? -preguntó una cosa detrás de otra exasperada.
-Ha sido muy bonito, lo creas o no. Sencillo e íntimo. Sólo asistimos nosotros tres, el hombre que nos casó y dos testigos.
-¿Dos testigos?
-Sí, dos chicos del grupo de reggae.
-¿Dos tipos desconocidos con rastas han asistido a vuestra boda y vuestras madre y familiares no? -casi grita diciéndolo.
-Sí -rió Louis-. Fue muy bonito Ana, de verdad.
-Estoy pensando en hacerme rastas -comenté de broma y mi madre abrió los ojos horrorizada.
-¡Dios mío! ¿Y qué disteis de regalo de boda a los testigos, porros?
-No, eso fue para nosotros dos -dijo Lou de broma y mi madre puso los ojos en blanco, yo solté una carcajada bien fuerte.

Lo cierto es que Lou dejó de fumar hacía muchísimo tiempo. Antes de quedarme embarazada dejó toda clase de mierda: cigarrillos y marihuana fuera.

-Al menos haríais unas fotos, o es espero.
-Sí, espera.

Saqué de mi bolso un sobre de papel y sonriente se lo extendí a mi madre. Desde que nos casamos el día 17 no dejamos de sonreír en ningún momento. Incluso Jane estaba más contenta todo el día. Supongo que la felicidad se contagia.

La vida era mejor desde que me crucé con esos ojos azules en un aeropuerto de Roma hacía ya varios años.

-¡No! ¡No podéis vestiros así para una boda!
-Sí para la nuestra -contesté obvia.

La verdad es que nunca habría imaginado casarme con esas pintas, ni mucho menos de esa forma pero fue mucho mejor de lo que aparentaba. Parecía una boda de hippies celebrada en Ibiza.

Lou se encargó de que decoraran a orilla de la playa y fue simplemente perfecto. Sencillo y lleno de amor. Solos Jane, él y yo. Perfecto.

-No le des más vueltas, Ana -Lou se sentó a su lado y le pasó un brazo por la espalda para reconfortarla.

Jane, al ver a su padre a poca distancia, se colocó detrás de él y le rodeó el cuello.

Empezaron a jugar y ella reía a carcajada limpia con su padre.

A los dos días, llamamos a Jay por Skype y le contamos lo de la boda. Reaccionó igual o peor que mi madre.

-¿Tan importante es para ellas? -pregunté bajando la tapa del portátil y dejándolo en la mesilla de noche.

Estábamos sentados en la cama con Jane en medio haciendo el mono entre las sábanas y jugando a esconderse haha.

-Supongo que si Jane se casara a escondidas y luego viene a contarlo con una amplia sonrisa, le corto los huevos a su marido. No sé -se encogió de hombros.
-Pues también -me encogí de hombros como él y me apoye en el hueco de su cuello sin aplastar al bicho de mi hija.
-Tenemos que casarnos otra vez, nena.
-¿Tú crees? -levanté la vista.
-Sí -me dio un pico-. Lo hemos hecho a nuestra manera, creo que es hora de hacer felices a los nuestros con la boda que tanto desean.
-Pero tiene que ser íntimo.
-Por supuesto. Sólo familiares.
-Y amigos.
-Ellos son familiares -sonrió.
-Maaaa -me llamó Jane saliendo de las sábanas y poniéndose encima de mi estómago.
-Eres un torbellino -la tumbé encima de mi y me abrazó.
-Mami es mía -le dijo Lou abrazándome de lado.
-No. Mía -dijo ella en su idioma de bebé.
-Mía -replicó Lou.
-Noooo -le pegó en la cara y reí.
-Mami es de los dos ¿vale?
-No -dijo firme hahaha.
-Eres tan cabezota como tu tío Zayn.
-Zen -lo llamó a su manera alzando los brazos.
-Sí, como el tío Zayn.

Y ahí estábamos los tres tumbados en la cama. Lou abrazándome de lado y Jane tumbada boca abajo encima mía y con una mano en la cara de Lou, pellizcándole.

¿Qué más podría pedir en la vida si lo tenía todo con ellos dos? Lo mejor que pude hacer de manera inconsciente fue enamorarme perdidamente del hombre de mi vida, el padre de mi hija.


  FIN  




Y hasta aquí ''Amor en Londres''

Espero que os haya gustado y si no, lo siento pero es lo que he imaginado en cada momento a la hora de escribir.

No me voy a explayar en este comentario porque haré un capítulo extra y ahí sí que me enrollaré lo que toca jaja.

OS LOVEO MUCHÍSIMO

domingo, 7 de septiembre de 2014

CAPÍTULO 131




Narra Louis
-¿Estás lista? -pregunté mirándome en el espejo del cuarto de baño.
-No.
-Venga, Paula. ¡Llegaremos tarde!
-Es verdad, yo me quedo aquí en casa -me asomé por la puerta y la vi sentada en la cama, con la mirada en el suelo.

Levantó la mirada y me vio.

-Es lo mejor.
-No, lo mejor es que vengas... conmigo, con los chicos.

Me senté a su lado y la rodeé por la espalda. Le di un beso en la sien.

-¿Me encuentras guapa? -susurró.
-Siempre -apreté mi agarre para transmitirle fuerza y seguridad.
-No mientas...
-Oh señorita, me ofende que digas eso. Sabes que soy de todo menos mentiroso.

Sonrió de lado.

-Vas a ser la chica más guapa de los Brit -le di suave en el hombro con el mío.

Bajé mi boca a su cuello, pasando por su oreja.

-Lo dudo, pero por lo que tengo ante mis ojos... tú sí -me miró de arriba a bajo.
-¿Ves? Somos la pareja de guapos y perfectos haha.
-Anda, tienes razón. Vamos o llegaremos tarde.

Narra Paula
Lou entró al vestidor a por su chaqueta y yo al baño para hacer pis y para retocarme en el espejo.

Me senté en el retrete para hacer pis y me di cuenta de que había expulsado el tapón mucoso. Me entró miedo por lo que no dije nada y cuando terminé bajé con Lou, el cual esperaba de pie al lado del ascensor mirando las musarañas, distraído y con las manos en los bolsillos.

-¿Qué pasa? -sacó las manos de los bolsillos- Tienes cara de haber visto un fantasma.
-¿Qué? -me exalté.
-¿Estás bien? -se acercó a mi y me observó de cerca.
-Sí -me alejé y fui hasta el ascensor.

Me miró con el ceño fruncido pero no dijo nada más. Entró conmigo al ascensor y saludamos a James al pasar por delante suyo.

A Lou le sonó el móvil. Era Liam, preguntando dónde estábamos porque todos ellos ya estaban allí.

Un coche negro, grande y muy lujoso nos esperaba a una manzana de casa. Nos llevaría hasta donde se celebraban los Brit y a pesar del corto trayecto de nuestra casa al coche que nos recogía, un paparrazzi nos fotografió todo el camino.

Había muchísimo tráfico. No, no... la palabra ''muchísimo se le quedaba corta.

-Odio el tráfico -se quejó Lou pegando su cabeza en el cristal del coche.

Diez minutos después me sentía super mal. Super hinchada. Super pesada. Super nerviosa. Super todo.

-Paula... -dijo Lou apegándose al lado contrario donde yo estaba- Creo que te has meado.

Dijo mirando entre mis piernas al mismo tiempo que yo también lo sentía.

-¡He roto aguas idiota! 

A los dos minutos de completo silencio abrí los ojos sin poder dejar de mirar entre mis piernas.

-¡Louis! ¡Haz algo! 

No decía nada. 

-¡Quieres hablar!

Nada.

-¡Louis! ¿Eres tonto?

Estaba en shock.

-¡Ahh! -al fin reaccionó, gruñendo- ¡¿Qué coño hacemos ahora?!

Se dio golpecitos en la frente contra el cristal mientras yo no sabía qué hacer ni qué decir. 

-Por favor, llévanos a London Bridge Hospital, ¡MI MUJER ESTÁ DE PARTO! -gritó Lou al conductor.
-¡QUE NO SOY TU MUJER! -grité exasperada y superada por la situación.
-CÁLLATE -dijo empezando a sudar y a ponerse de mil colores.
-¡AHHH! -me agarré al brazo de Lou, apretando fuerte.
-¿Qué pasa?
-Me duele -cerré los ojos, encogiéndome en mi asiento.
-¿Mucho? -dijo con los ojos fuera de sí.
-Sí... joder. ¡Aaaahh!
-PAULA TRANQUILA -gritó al mismo tiempo que yo.
-Ya... ya está -dije suspirando tranquilamente.
-¿Estás mejor? -me agarró una mano, apretando.

Asentí un poco mareada.

Todo iba bien hasta que a los pocos minutos empezaron otra vez esos dolores horribles.

-No... no puede ser -susurré hasta que otro dolor me hizo gritar mucho más que los de antes.

Entre gritos y nervios nos llevaron al hospital aunque tardamos media hora larga por culpa del tráfico y el coche estaba hecho un asco.

-Lou me duele mucho -me cogí la barriga, casi retorciéndome.
-Aguanta un momento... Siéntate aquí -me ofreció una silla de ruedas y nos acercamos al mostrador.

Louis explicó lo que ocurría y enseguida nos llevaron a la sala de dilatación. Nos explicaron cómo iba a ser todo el funcionamiento y nos dejaron solos en la habitación.

-¡Voy a llamar a mi madre, a la tuya y a los chicos! -gritó eufórico. 

El tiempo pasaba y pasaba... Todo seguía igual y me estaba poniendo muy nerviosa.

Habían pasado dos horas y ahí seguíamos. De vez en cuando una médica venía a ver cuánto había dilatado y volvía a marcharse.

-Mira -me extendió Lou su móvil para que lo viera.

Me enseñó un vídeo donde los chicos salían presentando el premio a mejor artista masculino.

***
-Sí, como podéis observar somos cuatro en vez de cinco... -comenzó Liam.
-Falta Louis -dijo Zayn.
-Le habría gustado estar aquí con nosotros para poder presentar este gran premio pero de camino hacia aquí ha habido un imprevisto -siguió Harry.
-¡El bebé viene de camino! -gritó Niall gritando, muy eufórico. 
-Sí, el bebé ha decidido que no quería perderse los premios y ha querido salir al mundo justo en el coche de camino hacia aquí haha -dijo feliz Liam. 
-Así que... ¡ENHORABUENA LOUIS Y PAULA! -gritaron los cuatro felices, emocionados y saltando hahaha. 
-¡Pero no! ¡Todavía no son papás hasta que el bebé quiera! Hahaha -dijo Niall de nuevo.
-Y el ganador, al premio a mejor artista masculino es para... -presentaron Liam y Harry a coro.
-¡ED SHEERAN! -gritaron los cuatro tirando el sobre por los aires.
***

Eso era el vídeo. Sonreí por un instante hasta que otra contracción hizo de las suyas.

-Shhh, tranquila -dijo apretándome la mano fuerte, al lado mío.

Desde que habíamos entrado en la habitación de dilatar no se había separado de mi y lo agradecía mucho.

-¡Hija! 

Me giré y vi a mi madre vestida como Lou, con la bata, gorro y peucos verdes. 

-Mamá... -me llenó la cara de besos.
-¿Estás bien? ¿Qué dice el médico? He traído el macuto que teníais preparado que Lou me ha dicho que no lo habéis cogido. ¡Dime algo! ¡Ahhh qué nerviosa estoy! 
-¡Mamá! -grité con otra contracción y ella me cogió la otra mano.
-Se ha puesto de parto de camino a los premios y por eso no hemos cogido el bolso, Ana -Lou rodó los ojos.
-¿A quién se le ocurre ir a unos premios? 
-Me faltaba una semana y tres días para salir de cuentas... 
-Eso no es mot... -alguien entró e interrumpió a mi madre.
-¿Eres su madre? -preguntó la médica simpática.

Mi madre asintió feliz y volví a gritar. Lou estaba de los mil demonios.

-¿Cómo va eso? -preguntó metiendo la mano entre mis piernas para ver si había dilatado lo suficiente- Ok ¡llegó la hora de la verdad! ¡A paritorio! 

Abrí los ojos muerta de miedo y Lou gritó conmigo. No sé quién de los dos tenía más miedo. 

Dos chicos entraron y cogiendo la cama me llevaron a paritorio.

-En un ratito entro para ver cómo va todo -dijo la médica.

Mi madre me dio ánimos antes de que se me llevaran y se fue a la sala de espera con el macuto de Jane y mis cosas.

-¡NO PUEDO MÁS! -grité desesperada.
-Cariño... esto puede tardar diez minutos que diez horas -dijo un médico metiéndome la mano ahí bajo.
-¡AH! -arqueé la espalda del dolor.
-¡No le haga daño! -le gritó Lou y él lo ignoró.
-LOUIS.
-¡¿Puede tocarla más despacio?!
-LOUIS NO ME PONGAS MÁS NERVIOSA JODER.

Narra Louis
Las horas pasaban y pasaban... no podía aguantar más y me destrozaba ver a Paula de tal manera. Estaba muerta de dolor y de desesperación. No soportaba escuchar la manera en la que gritaba y gritaba de dolor, con lágrimas por la cara. 

Le di mi mano en todo momento, que casi arranca por cierto, y no me moví de ahí para nada.

-Un empujón más -el médico la animó.
-¡¡NO PUEDO EMPUJAR MÁS!!
-Un último esfuerzo y tendrás a tu bebé contigo.

Tras unos empujones y gritos más, el llanto de un bebé se escuchó. Nuestro bebé ya estaba con nosotros.

-Enhorabuena, sois padres de una niña, lo has hecho muy bien -la felicitó el hombre.

Besé la cabeza de Paula y empezó a llorar. 

Pusieron a Jane en brazos de Paula y besó su cabeza, empecé a llorar de ver a mi preciosa bebé entre los brazos de mi preciosa mujer y le di un beso yo también pero enseguida nos la arrebataron de los brazos para limpiarla y hacerle las pruebas necesarias en estos casos. 

Me limpié los ojos y Paula lloró más todavía. 

Me acerqué hasta ella lo máximo posible y besé su frente decenas de veces. 

-Gracias, gracias, gracias, gracias, gracias -dije entre beso y beso-. Eres una valiente -me abrazó-. Una valiente enorme. Te amo mi vida.
-Se la han llevado Louis -susurró entre lágrimas.
-Ahora mismo estará aquí con nosotros, no te preocupes -la abracé y tuve que separarme porque una enfermera vino a coserle tres puntos ahí abajo.
-Mientras la preparamos y llevamos a la habitación tiene que salir, luego le dirán el número de habitación mientras espera en la sala. 

Vamos, directamente me echaron de ahí mientras arreglaban a la niña y a Paula. 

Salí con una sonrisa de oreja a oreja like a boss y me quité el horrible gorro de color verde. Por el pasillo hasta la sala de espera era como si tuviera un ventilador haciendo aire a mi pelo, humo a mi alrededor y luces,  hice mi entrada triunfal cual divo digno de admirar.

-¡Eh! ¡Ya era hora! ¿Cómo ha ido? ¿Está bien? ¿Ha ocurrido algo malo? ¿Cuánto ha pesado? ¿Cómo es? -Ana me bombardeó a preguntas pero lo único que pude hacer fue abrazarla y soltar lagrimillas de padre emocionado y orgulloso. 
-Ana, es preciosa -dije sin soltarla-. Todo ha salido bien -la sonrisa no me la podía quitar nadie.

Nos sentamos para esperar mientras le contaba todos los detalles a mi suegra.

-¿Sabe si van a tardar? -pregunté a la chica del mostrador.
-Señor, es la cuarta vez que pregunta... Ya le he dicho que tardan unos veinte minutos. 
-¿Eso no es mucho tiempo? 
-Nosotros le avisamos -me echó de allí.

Nada, solamente hacían que echarme de todos lados ¡pero estaba nervioso! 

-Quiero ver a mi hija -gruñí contra la pared.
-Y yo a mi nieta.
-¿Te das cuenta de lo bien que suena eso? -le pregunté sonriendo. 
-Sí... y no puedo esperar -frunció el ceño mirando la hora en el reloj de su muñeca-. ¿Has llamado a tu madre? 
-Sí. Vendrá en cuanto organice todo. Ya sabes, tanto crío por casa es una locura haha pero supongo que vendrá mañana porque ya es tarde y no me gusta que conduzca de noche... 
-Bueno, ya verás que mañana bien prontito está aquí -apretó mi rodilla para darme ánimos. 
-Familiares de Paula Tomlinson.
-¡Yo! -me levanté de inmediato hasta la chica jovencita que preguntó eso.
-Puede pasar a la habitación 016. 
-¿Mi suegra puede entrar? 
-Sí, pero tranquilidad porque la paciente tiene que descansar. 
-De acuerdo. 

Fui hasta Ana y cogimos las cosas.

-Están en la habitación dieciséis, ya podemos pasar. 

Buscamos la habitación con prisa y nerviosismo.

Entramos en silencio y observamos la escena con una sonrisa.

Dejé el macuto en un pequeño sofá que había.

Paula tenía a Jane en brazos, rodeada con una manta y tenía puesto un gorrito diminuto, como su cabeza. Le cogía el dedo a Paula y esta la observaba con una sonrisa de lado, sin apartar la vista.

Nos acercamos a la cama y Ana abrazó de lado a su hija y besó su mejilla. Le dio la enhorabuena y alagó de mil y una manera a Jane. 

-Hija, tienes que descansar... y ella también. 
-Pero no puedo -levantó la cabeza por un instante. 
-Cariño, no va a pasar nada... ya han venido a explicar todo y te han dicho que te despertarían para darle el pecho así que no te preocupes de nada.
-Sí, es tarde... descansa y duerme. Mañana pronto estaremos aquí y si no duermes estarás muerta. Has hecho mucho esfuerzo.
-Está bien... -suspiró agotada.

Ana se despidió de nosotros y se marchó a casa a dormir.

El parto había durado siete horas, por lo tanto ya eran las doce y media de la noche y por eso no pudieron venir ni los chicos ni las hermanas de Paula ni nadie. Pero era mejor porque así descansaban. 

-Descansa cielo -besé su frente y cogí a Jane en brazos. 

Me senté en el sillón que había al lado de la cama con mi niña en brazos y Paula nos observaba desde la cama pero al final consiguió dormirse. 

Cogí mi móvil de la mesilla que había entre la cama y el sillón. Tenía cientos de llamadas y mensajes pero no iba a ponerme con eso... le hice decenas y decenas de fotos mientras dormía entre mis brazos y algunas de ella despierta. 

Me cogió de la mano, bueno, de un dedo, y no me soltó en un buen rato. Me estaba muriendo de ternura de ver la gran suerte que tenía como familia. 

Subí a Instagram una de las fotos que le había hecho antes en su cuna.


''Hiii''
Una enfermera vino y desperté a Paula porque había que darle de mamar a Jane. Al principio no lo aceptaba pero terminó mamando más o menos. Nos dijeron que con los días iría aprendiendo.

-¿Qué sientes? -pregunté medio tumbado en un borde de la cama.
-Bueno... es raro -me miró frunciendo el labio-. Se está alimentando de mi... muy raro y muy doloroso. 
-¿Duele? -asintió.
-¿Qué hora es? 

Lo miré en el móvil.

-La una de la madruga. 

Pasamos la noche fatal. Cada hora Jane lloraba, incluso cada media hora. Los médicos nos dijeron que era normal y que hasta los tres meses o así pasaría eso. A partir de los tres meses sólo se despertaría cada dos o tres horas... todo muy Ok haha. 

-Bue... -bostecé- buenos días. 
-Lo serán para ti. No he dormido nada -se puso las manos en la cara, gruñendo. 

Reí al ver su mal humor.

Cogí a Jane de la cunita, le di un beso y la puse en los brazos de Paula para que le diera de mamar, otra vez, sí.

A las ocho de la mañana llegaron mi madre y Dan con flores. Nos dieron miles de besos. Bueno, mi madre. Nos asfixió y a Jane no porque mira... que si no hahaha. 

-No se ha muerto nadie -dije poniendo las flores en un cacharro con agua. 
-Gracias Jay, no hagas caso al tonto de tu hijo.
-¿Y los niños? 
-Con mi hermana. Querían venir pero les hemos prometido venir pronto, hoy no para que no agobiaran por aquí.
-¡Se morían de ganas! 

A las once se marcharon para no agobiarnos a nosotros ya que tuvimos visitas. Nos dijeron que vendrían el fin de semana siguiente y se quedarían unos días.

-¿Puedo cogerla? 
-Claro Nialler -le dijo Paula ofreciéndosela. 
-¿No le haré daño? 
-No haha. 

Después de Cris y Niall llegaron Zayn y María. 

-¡Qué bonita es! 
-¿Nos la podemos llevar? -preguntó Zayn con ella en brazos.
-También está la opción de que hagáis una, me ha costado lo suyo parirla haha

Se fueron al ratito y vino Harry sin Mireia porque estaba en España visitando a la familia.

-¿Dónde vas, loco? 
-Hazza, te has pasado hahaha. 
-¿Qué? -sonrió.

Había traído globos. Unos cinco. Pero no globos de estos normales... sino de los gigantes en color blanco, rosa y plateado. 

-En la tienda he dicho ''quiero los globos más grandes que tengáis''... ¡Tachaaaaan!

Y por último pero no menos importante vinieron Liam y Audrey.

Más globos y más flores. Íbamos a tener que salir de la habitación como siguieran así haha.

-¿Puedes hacerme una foto para enseñársela a mi madre? 
-Claro, trae -le dije para que me diera el móvil.
-No, no, que haga la foto Audrey así salgo con vosotros. 

Nos hizo la foto a los cuatro y luego se la hice a él con Jane. 

En realidad todos los chicos y las chicas se hicieron fotos con mi niña.

Por la tarde vino Stan y trajo algo nuevo, un peluche gigante en forma de oso.

A la mañana siguiente teníamos que ir a casa. 

-Paula, cielo... no sé cómo pero hay muchas cosas en la habitación.
-Haha lo sé, qué locura. 

Cogí un taxi hasta casa y llevé todo lo que pude. Volví al hospital con mi coche y la silla especial para Jane. 

-Hay prensa, es horrible. 
-Ya lo esperábamos, no te agobies -dijo recogiendo toda la habitación para que no se nos olvidara nada. 
-Pero es un momento íntimo, nuestro. No, mejor dicho, de nuestra niña. No quiero que lo estropeen -mecía a Jane en brazos para que no despertara.
-No lo harán. Simplemente saldremos, seremos amables e iremos hasta el coche. Ya está. 

Eso hicimos. Salimos, fuimos amables mientras hacían fotos -no de la cara de mi niña-, y llegamos al coche tranquilos. 

Al vernos, James nos dio la enhorabuena y acarició la cabecita de Jane. 

-Es raro, hace dos días salimos de aquí sin nada, y ahora entramos con Jane en brazos.
-Bueno, estar... estaba haha.
-Ya haha pero ahora es diferente. 
-Ratiiita mira quién hay aquí -saludé feliz a mi rata al entrar al piso. 
-Anda que los globitos y el oso ocupan poco hahaha.