Narra
Louis
Entramos
al piso y Paula se tumbó en el sofá. Estaba agotada y era normal.
Yo, con mi niña en brazos, subí a la que iba a ser su habitación a partir de ese momento.
-Paula, no has visto todo... Sube -reí al ver la habitación y puse a Jane en su minicuna.
Estaba dormida.
-¿Qué pas... -se calló al darse cuenta-. Voy a matar a Harry hahahaha. ¡Madre mía! ¿Pero has visto cuánto globo?
Literalmente, media habitación estaba llena de globos, pero esta vez de todos los colores y tamaños. Loco.
-Sabes que te encanta hahaha. A mi también -dije sacando el móvil para hacer una foto a la habitación.
JUNIO 2018
-¿Has cogido todo?
-Creo...
-Eso
es un no. Voy a revisarlo -dije mirando entre las maletas.
-Nos
tenemos que ir o perderemos el avión... Lou.
-No
perderemos ningún avión porque es nuestro, reviso todo rápido y
voy con vosotras al coche -vi como mi chica rodaba los ojos
haha.
Narra Paula
-Jaane
-la llamé para captar su atención.
Levantó la vista de su conejo de peluche.
-Ven con mami, cielo -me agaché y abrí los brazos.
Ella se levantó.
-Taaaaaaaa -vino corriendo hacia mi con su gran sonrisa y sus ojazos azules.
-¡Es
que te como! -le besé en la mejilla y me levanté con ella en
brazos.
Salimos de casa y senté a Jane en su sillita de seguridad del coche.
En unos minutos Lou llegó y se subió en el asiento del conductor.
-¡Nos vamooos! -gritó eufórico y dando palmas para que Jane lo imitara.
Ella dio palmas como Lou y se rió haha.
-¿Y el coche?
-Lo
dejaremos en el parking del aeropuerto, como siempre.
Horas más tarde, estábamos en Barbados y de ahí nos desplazamos hasta una playa privada donde pasaríamos los siguientes días.
-Dios, es increíble.
-Sí,
es una pasada -dijo Lou mirando todo lo de su alrededor-.
Ya verás qué bonita la casa. Bueno, la cabaña.
Me cogió la mano y fui arrastrada con Jane en brazos hasta una cabaña pequeña y acogedora. Muy a lo Tarzán pero en versión playa haha.
-¿Te gusta, cariño? -cogió a Jane de mis brazos.
-Me
encanta -le di un beso en los labios.
Al acercarme, Jane que tenía su cabecita en el cuello de mi chico, pegó su cara a la mía, me pasó la lengua por la cara y rió.
¡Qué bicho! Hahaha.
Unos chicos nos trajeron el equipaje y lo primero que sacamos fueron los muchos trastos de Jane.
-Pedí que pusieran una cuna en nuestra habitación -me informó.
Enseguida
la peque se durmió ya que las ocho horas de vuelo la agotaron. La
puse en su cuna, al lado de nuestra cama.
-Estoy mueeertooo -se dejó caer en el sofá del salón.
-Y
yo -me tiré encima suya.
-Aauch
haha salvaje -se movió debajo de mi y nos acomodó mejor a
los dos en el sofá.
-Hmm
-me acoplé a su cuerpo y escondí mi cara en el hueco de su cuello y
le di un pequeño mordisco.
-No
me creo que por fin estemos de vacaciones.
-Tampoco
es que trabajaras... -dije divertida.
-Haha
lo sé, pero me refiero a salir de UK. No hemos salido del país
desde que estabas embarazada de cuatro meses y desde que nació Jane
mucho menos salir de casa por días haha.
Resulta que yo no quería viajar con Jane porque me parecía que era demasiado pequeña pero ahora que tenía quince meses... era diferente porque ella era un poco más independiente ya que andaba y dormía más seguido. Mi bebé se estaba haciendo mayor.
Me moví y me tumbé encima. Abrió las piernas y las flexionó, haciendo que estuviera más cómoda entre él. Me incliné para besarlo y puso sus brazos alrededor de mi cintura, pegándome más.
-¿Estás juguetona? -susurró pegado a mis labios.
Asentí melosa y le mordí el labio inferior.
-Pues estás de suerte -capturó mis labios-, yo quiero jugar contigo -bajó el tirante derecho de mi camiseta de tirantes finos-. Siempre, nena.
-Entonces
soy la chica más afortunada del planeta -empecé a besarle
toda la cara y luego bajé hasta su cuello haciéndole cosquillas.
Dos horas fue lo que Jane tardó en despertarse y nosotros en salir de nuestra burbuja de sexo en el sofá.
-Hora de cenar -canturreé para los dos niños de mi vida: Jane y Lou.
-¿Qué
hay para cenar, mamiii? -Lou imitó la voz de un niño.
-Tonto
-me reí.
-No
es por nada, pero si te has fijado no hay para cocinar. El tiempo que
estemos aquí, ni tú ni yo vamos a hacer absolutamente nada. Hay que
llamar y pedir qué queremos de cena.
-Uhg,
suena bien.
-Sí,
muy bien -se dejó caer en el sofá, a mi lado.
-Voy
a bañar a Jane y mientras pides la cena, lo que sea -le besé
la sien y me levanté.
Cogí a Jane de la alfombra del suelo ya que estaba jugando con sus juguetes ahí y la llevé al baño.
Los
siguientes dieciocho días fueron... simplemente increíbles. Nunca
me había sentido tan completa en la vida y más con lo que Lou
organizó el cuarto día de estar allí.
[FLASHBACK]
-Nena,
me apetece dar un paseo a los alrededores... Quedaos aquí y en un
rato estoy por aquí dando por culo.
-¡Esa
boca! -me giré con la boca abierta y el ceño fruncido.
-¡Sí,
mami! -puso los ojos en blanco- Beso -pidió acercándose.
Me
cogió la cara con una mano y presionó sus labios contra los míos,
luego fue un metro más allá de mi y se agachó para besar a Jane en
la cabeza.
-Muaaa
-balbuceó mi chica.
-Muaaa
-la imitó Lou.
Pasaron
dos horas o incluso más y yo seguía con Jane jugando en la blanca
arena, bajo una pérgola con miles de juguetes alrededor.
-Aaaahhh
-gritó Jane viniendo hacia mi.
Su
forma de comunicarse era gritando o farfullando cosas haha.
-¿Qué
pasa mi vida? -la apoyé en mi pecho y me rodeó el cuello con sus
bracitos.
Suspiró
cansada.
Me
levanté con Jane enroscada a mi cual koala y paseé con ella bajo la
pérgola, acunándola entre mis brazos para dormirla.
En
menos que canta un gallo quedó dormida y entré en la cabaña para
llevarla a su cuna.
Fui
a la ''cocina'' y abrí la nevera para coger un zumo de piña.
Me
relajé un poco cerrando los ojos, estirada en el sofá hasta que
escuché música reggae. Abrí los ojos, fruncí el ceño y no supe
que más hacer.
Me
desperecé un poco más. Me levanté y me asomé con miedo a la
puerta de la cabaña.
WTF.
Había un grupo de personas tocando música reggae frente a nuestra
cabaña.
Se
me hacía MUY RARO ya que era una playa privada y nosotros no
habíamos dicho que queríamos eso.
Cerré
la puerta y mi móvil sonó encima de la mesa de comedor. Era un
WhatsApp de Lou.
''Ya
que te has asomado a la puerta, sal. Acércate a la orilla''
-¿Qué?
-farfullé en voz alta.
A
los pocos minutos recibí otro.
''Ven
a la orilla''
Fruncí
el ceño mucho más de lo que ya lo tenía, sin entender nada de
nada.
Cogí
el walkie de Jane para escucharla si lloraba y salí de la cabaña.
La gente del grupo de reggae me miraba mientras yo pasaba entre ellos
mirándolos con poker face. ¿Qué estaban haciendo ahí?
Me
acerqué a la orilla y Lou estaba sentado de espaldas, abrazándose
las rodillas. Tenía la mirada fija en el mar y la pequeña brisa que
había le revolvía el pelo. Me encantaba. Le hice una foto con el
móvil y al escuchar el ''clic'' se giró. Sonrió al verme y le hice
otra foto.
-Ven
-se levantó y caminó hacia a mi.
-¿Qué
es todo eso? -señalé a mis espaldas.
-¿El
qué?
-No
te me hagas el loco -sonrió achinando los ojos de esa manera que
tanto adoraba.
-Vamos
-me cogió la mano y andamos hacia la otra dirección de la playa.
-¿Quién
son? -insistí muerta de curiosidad- Van a despertar a Jane de su
siesta.
-Tiene
sueño profundo.
-¿Dónde
vamos?
Le
hice decenas de preguntas que no contestó, sólo sonreía mientras
me llevaba hacia algún lugar.
-¿Qué
e... -me callé de golpe y lo miré, abriendo los ojos.
A
unos metros había conchas de mar formando un mensaje en la arena.
Estaba algo lejos, por eso no pude saber qué ponía exactamente.
-Vamos
a acercarnos más -dijo con una tímida sonrisa.
Caminamos
en silencio y casi me desmayo. Lou pasó su brazo derecho por mi
cintura y me pegó a su cuerpo.
-¿Qué
me dices? -sonrió de lado, nervioso.
El
mensaje de conchas decía ''¿Quieres casarte conmigo, mañana?''.
-No.
Frunció
el ceño y se puso tenso a mi alrededor.
-No
quiero -lo miré fijamente-. Lo necesito -susurré cerca de su cara.
Noté
cómo la tensión de todo su cuerpo desaparecía y, finalmente, me
sonrió.
-No
me des esos sustos porque vas a matarme algún día de estos -no me
lo pensé mucho antes de pegar mis labios contra los suyos.
-¿Mañana?
-pregunté ilusionada enroscándome a su cuerpo.
-Mañana.
Solos nosotros tres.
-¿De
verdad?
-Sí,
nena -me abrazó.
Estuvimos
así unos minutos y decidimos volver por si Jane se despertaba. Eso
sí, no sin antes hacernos unas fotos con las cochas.
-¿Qué
hace esa gente delante de la cabaña? -pregunté mientras andábamos
por la orilla de la playa.
Yo
iba enganchada a su mano con las dos mías. De repente, me cogió por las piernas y me las enroscó a la cintura. Entre besos y tonterías, llenos de felicidad, llegamos a la cabaña.
-Sé
que te gusta esa música y a mi también me gusta. Me parece bonito.
-Sí
-sonreí más feliz que una perdiz y le di un beso en la mejilla.
-¿Nos
vamos a casar mañana de verdad?
-Si
tú quieres, sí -me miró.
-Sí.
Sí quiero -sonrió.
-Sé
que nunca te lo he pedido como dios manda aunque te diera el anillo y
todo eso -rozó el anillo de pedida de mi mano con sus dedos-. Hace
semanas, mientras planeaba este viaje, lo pensé y ¿por qué no?
-Sí
me lo pediste, tonto.
-Pero
no como esperaba pedírtelo algún día.
-Lo
importante es que estamos juntos, casados o no. Eso me basta.
-A
mi también. Me has dado lo más bonito que hay en la vida que es
tener un hijo. No sabes lo afortunado que me siento de tener una
familia como la nuestra y por eso quería hacer las cosas bien.
-Te
adoro -lo abracé de lado con todas mis fuerzas.
-Te
amo -me paró y me dio el beso más dulce y lleno de sentimiento de
la historia de los besos.
[FIN
DEL FLASHBACK]
-¿Me
estáis diciendo que os habéis casado en secreto? -preguntó
mi madre con la cara blanca.
Jane
estaba de pie en el sofá jugando con el pelo de mi madre.
-Sí.
Bueno, no. En secreto no -comenzó Lou-.
Nosotros sabemos que nos hemos casado -explicó obvio y rodé
los ojos al escucharlo.
Mi
madre seguía pálida.
-¿Mamá?
-¡Yo
quería una boda tradicional!
-Es
nuestro matrimonio. Nos hemos casado en la playa, preciosa por
cierto, en Barbados y eso es todo. Nada más.
-¿Nada
más? ¿Y las damas de honor, el padrino, la madrina, los testigos,
los invitados, la familia y amigos, los preparativos, el vestido de
novia? ¿Qué ha pasado con todo eso? -preguntó una cosa
detrás de otra exasperada.
-Ha
sido muy bonito, lo creas o no. Sencillo e íntimo. Sólo asistimos
nosotros tres, el hombre que nos casó y dos testigos.
-¿Dos
testigos?
-Sí,
dos chicos del grupo de reggae.
-¿Dos
tipos desconocidos con rastas han asistido a vuestra boda y vuestras
madre y familiares no? -casi grita diciéndolo.
-Sí
-rió Louis-. Fue muy bonito Ana, de
verdad.
-Estoy
pensando en hacerme rastas -comenté de broma y mi madre abrió
los ojos horrorizada.
-¡Dios
mío! ¿Y qué disteis de regalo de boda a los testigos, porros?
-No,
eso fue para nosotros dos -dijo Lou de broma y mi madre puso
los ojos en blanco, yo solté una carcajada bien fuerte.
Lo
cierto es que Lou dejó de fumar hacía muchísimo tiempo. Antes de
quedarme embarazada dejó toda clase de mierda: cigarrillos y
marihuana fuera.
-Al
menos haríais unas fotos, o es espero.
-Sí,
espera.
Saqué
de mi bolso un sobre de papel y sonriente se lo extendí a mi madre.
Desde que nos casamos el día 17 no dejamos de sonreír en ningún
momento. Incluso Jane estaba más contenta todo el día. Supongo que
la felicidad se contagia.
La
vida era mejor desde que me crucé con esos ojos azules en un
aeropuerto de Roma hacía ya varios años.
-¡No!
¡No podéis vestiros así para una boda!
-Sí
para la nuestra -contesté obvia.
La
verdad es que nunca habría imaginado casarme con esas pintas, ni
mucho menos de esa forma pero fue mucho mejor de lo que aparentaba.
Parecía una boda de hippies celebrada en Ibiza.
Lou
se encargó de que decoraran a orilla de la playa y fue simplemente
perfecto. Sencillo y lleno de amor. Solos Jane, él y yo. Perfecto.
-No
le des más vueltas, Ana -Lou se sentó a su lado y le pasó
un brazo por la espalda para reconfortarla.
Jane,
al ver a su padre a poca distancia, se colocó detrás de él y le
rodeó el cuello.
Empezaron
a jugar y ella reía a carcajada limpia con su padre.
A
los dos días, llamamos a Jay por Skype y le contamos lo de la boda.
Reaccionó igual o peor que mi madre.
-¿Tan
importante es para ellas? -pregunté bajando la tapa del
portátil y dejándolo en la mesilla de noche.
Estábamos
sentados en la cama con Jane en medio haciendo el mono entre las
sábanas y jugando a esconderse haha.
-Supongo
que si Jane se casara a escondidas y luego viene a contarlo con una
amplia sonrisa, le corto los huevos a su marido. No sé -se
encogió de hombros.
-Pues
también -me encogí de hombros como él y me apoye en el
hueco de su cuello sin aplastar al bicho de mi hija.
-Tenemos
que casarnos otra vez, nena.
-¿Tú
crees? -levanté la vista.
-Sí
-me dio un pico-. Lo hemos hecho a nuestra
manera, creo que es hora de hacer felices a los nuestros con la boda
que tanto desean.
-Pero
tiene que ser íntimo.
-Por
supuesto. Sólo familiares.
-Y
amigos.
-Ellos
son familiares -sonrió.
-Maaaa
-me llamó Jane saliendo de las sábanas y poniéndose encima de mi
estómago.
-Eres
un torbellino -la tumbé encima de mi y me abrazó.
-Mami
es mía -le dijo Lou abrazándome de lado.
-No.
Mía -dijo ella en su idioma de bebé.
-Mía
-replicó Lou.
-Noooo
-le pegó en la cara y reí.
-Mami
es de los dos ¿vale?
-No
-dijo firme hahaha.
-Eres
tan cabezota como tu tío Zayn.
-Zen
-lo llamó a su manera alzando los brazos.
-Sí,
como el tío Zayn.
Y
ahí estábamos los tres tumbados en la cama. Lou abrazándome de
lado y Jane tumbada boca abajo encima mía y con una mano en la cara
de Lou, pellizcándole.
¿Qué
más podría pedir en la vida si lo tenía todo con ellos dos? Lo
mejor que pude hacer de manera inconsciente fue enamorarme
perdidamente del hombre de mi vida, el padre de mi hija.
FIN
Y
hasta aquí ''Amor en Londres''
Espero
que os haya gustado y si no, lo siento pero es lo que he imaginado en
cada momento a la hora de escribir.
No
me voy a explayar en este comentario porque haré un capítulo extra
y ahí sí que me enrollaré lo que toca jaja.
OS
LOVEO MUCHÍSIMO