Páginas

miércoles, 27 de agosto de 2014

CAPÍTULO 130






Narra Louis
Llevaba dos horas tumbado boca abajo en nuestra cama. No me había movido ni solo un poco.

Escuché abrirse las puertas del ascensor.

-Mira quién está aquíiii -canturreó Paula subiendo las escaleras.

Sonreí sin ganas. Al menos ella aportaba alegría en mi vida.

Aunque la verdad es que ella no tenía culpa de la pelea con Charlotte y había estado sin hablarle todo el viaje de vuelta a casa. No se merecía eso y aun así, ella volvía a casa feliz.

Su alegría era una de las muchas cosas que hacía que la quisiera un poco más a cada minuto del día.

Se sentó en el borde de la cama y puso a Owie en mi espalda.

El perro se puso en el hueco de mi cuello, haciéndome cosquillas.

-Mi ratita, cuánto tiempo sin verte... -me di la vuelta con cuidado de no aplastar al bicho y vi a Paula poner los ojos en blanco al llamar a Owie ''ratita''.

Le pasé la mano por toda la cara a Paula, chinchándola. Me dio un manotazo haha. Después de tres años con la rata en casa no debería seguir teniendo la esperanza de que lo llamara por su nombre hahaha.

-¿Has visto qué grande está? -dijo emocionada, acariciando el lomo de mi rata canija.
-Paula, cielo, el bicho este no crece nunca. Es más pequeño que mi poll... -me pegó en el brazo y con la otra mano tapó mi sucia boca. Solté una carcajada.

Dejé al perro en el suelo revoloteando y cogí a Paula de la cintura, poniéndola a horcajadas sobre mi. Me costó bastante ya que su figura estaba enorme.

-Ya basta de agresión hacia mi persona - me incliné y capturé sus labios.

Puse mis manos en su baja espalda para que no fuera a ninguna parte. Aunque para ser sinceros... tampoco es como si pensara que fuera a irse a algún lado.

-Ya basta de llamarlo Rata -me imitó.

Le mordí el labio y capturé sus labios un par de veces más.

Apoyó su cabeza en mi hombro y la abracé fuerte, cerrando los ojos, dejando el tiempo correr.

-¿Estás mejor? -preguntó sobre mi cuello.

Gemí en respuesta, asintiendo con la cabeza.

-Has tardado mucho -acaricié su pelo.
-Es que María se había llevado a Owie no sé dónde y me he quedado con Zayn. Además, necesitabas tú espacio.

La volví a abrazar fuerte, suspirando largo y tendido.

-Lo siento por no hablarte pero estaba fuera de sí.
-No pasa nada, lo importante es que estés mejor -sonreí.
-Ha llamado tu madre mientras estabas con Zayn.
-¿Y por qué no me ha llamado a mi?
-Lo ha hecho, pero no se lo has cogido.
-Ohh ¿qué quería?
-Dice que hace demasiados días que no nos ve. Nos ha invitado a cenar.
-¿Esta noche?
-Sip.

Se quitó de encima mío y se tumbo al lado, extendiendo los brazos.

-Aggg no me apetece nada -gruñó.
-Oh venga, señorita vaga -me recosté a su lado.
-Tengo ganas de dormir -hizo un puchero.

Giré la cabeza para mirar la hora en mi despertador.

-Son las seis, es la hora de cenar en nada. Vamos, cenamos y enseguida volvemos aquí.
-Está bieeeeen -se levantó como pudo de la cama y entró al baño.

Yo volví a subir a la rata a la cama y jugué con ella hasta que Paula salió del baño. Cogimos lo necesario y fuimos a casa de Ana y Henry.




MARZO 2017


-¿Sabes? Esta mañana ha llegado la invitación para los Brit, son en tres semanas -dije sentándome a su lado, en el sofá. 

Le tendí el sobre para que lo viera ella misma.

-¿Vais a ir? -dijo abriendo el sobre y sacando la invitación.
-Vamos a ir -recalqué el ''vamos'' señalándola seguido de mi.
-¿Yo? ¿Por qué? -alzó las cejas- No estáis nominados a nada.
-¿Y qué? Además, presentamos un premio.

Le quité la invitación y el sobre y los tiré a la mesa de enfrente. Cogí sus pies y los arrastré a mi regazo, empecé a masajearlos.

-Seguro que me dan un premio sorpresa al ''más guapo del lugar''. 

Rió. 

-En todo caso te lo darían al ''más creído, cínico y tonto del lugar''. 
-¿Ese no sería para ti? -contraataqué alzando las cejas y moviendo la cabeza.
-Definitivamente, no -me aplastó un cojín en la cara.
-Entonces ¿qué te vas a poner? 

Narra Paula
Rodé los ojos y apoyé mis brazos detrás de la cabeza.

-No lo sé, nada me queda bien.
-¿Cómo que no? 
-No.
-Eso es fácil, las chicas te pueden ayudar porque supongo que ellas irán y podéis elegir esas cosas juntas.
-Si no voy tampoco pasa nada.
-Quiero que vengas -dijo con dulzura-. Nunca has querido venir a ninguno de esos actos. Siempre te hemos dicho TODOS y TODAS que vinieras.
-Porque son momentos de reconocimiento a vuestro éxito.
-El éxito se comparte con los seres queridos y, tú eres mi ser querido más apreciado. Me gustaría que vinieras aunque no estemos nominados este año.
-Me lo pensaré -sonrió.
-Ayyyyy ¡cuánto te quiero! 

Se puso encima de mi sin tocarme, con los brazos a mis costados y me dio un beso detrás de otro.

-No he dicho que vaya seguro.
-No importa, sé que vendrás porque es difícil resistirse a mi encanto, dulzura e insistencia. 
-Idiota -sonriendo junté mis labios con los suyos-. Me conoces demasiado.
-Por eso eres mi mujer.
-¡Todavía no! 
-Pesada, que me da igual.

En mi barriga Jane empezó a moverse. Y eso, a determinada altura del embarazo ocurría poco. 

Le cogí la mano a Lou y la puse en la zona que sentía el movimiento. De inmediato sonrió y yo con él.

-¿Sientes eso? -preguntó.
-Obvio -dije graciosa y esta vez fue él el que rodó los ojos.
-Pues son las quejas porque su mami no quiere admitir que es la mujer de su papi -sonreí y lo enrosqué del cuello, atrayéndolo más a mi-. Te voy a hacer daño -entró en pánico, intentando no aplastarme. 
-Te amo, te amo, te amo, te amo -dije entre beso y beso, llenándole toda la cara. 
-Yo también, pequeña.

Nada más decir eso empezó a reírse. Sí, pero no reírse en plan ''haha' sino en plan tener que parar para respirar. No entendía nada.

-¿De qué te ríes? -me senté sin apoyar la espalda en el respaldo del sofá.

Paró de reírse e intentó hablar.

-Te he dicho pequeña y... -se rió un poco más- En estos momentos eres todo lo contrario -se descojonaba en mi cara o sea yo le pegaba-. Pequeña -murmuró enganchándose a reír todavía más.

Me levanté del sofá enfadada e intentó cogerme del brazo pero no pudo, salí pitando.

-Eres odioso -dije desde las escaleras al escuchar que no paraba de darle golpes al sofá con la mano, encogido de la risa.

Idiota.

Gilipollas.

Ni que yo no supiera lo tremenda y fea que estaba como para tener que repetírmelo él.

Adiós momento bonito.

Hola idiota de Louis.

-¡Paula! ¡Cariño baja! -gritó desde abajo, todavía riéndose.





domingo, 24 de agosto de 2014

CAPÍTULO 129






Narra Louis
Nada más entrar en mi casa vi a la insoportable de mi hermana sentada en el sofá, entre Dan y Jay. Suponía que le estarían dando la charla que se merecía por ser así de idiota. 

Mi madre me miró como preguntando si estaba bien y asentí con la cabeza para que se quedara tranquila.

-Voy a la cocina a beber un poco de agua y subo contigo -dijo mi chica apretando mi mano.
-Vale.

Subí las escaleras y fui a la habitación de mis pequeños hermanos.

-Hoooolaaaa -dijeron a la vez.
-Hola enanos -me senté en el suelo al lado de ellos-. ¿Qué hacéis?
-Jugar a los bebés -dijo Doris feliz.
-¿A los bebés? Eso es de niñas Ernest -me burlé un poco de él.
-¡Ya lo sé tonto! -se tiró encima de mi y empecé a hacerle cosquillas.
-Tonto tú que juegas a los bebés y no a fútbol -le saqué la lengua parando de hacerle cosquillas.
-¡Pero ella no quiere! 
-¡Porque esto es más divertido! -se defendió ella.
-¿Quieres jugar a los bebés con Paula y yo con Ernest a fútbol? 
-¡Sí! -gritaron los dos poniéndose de pie.

En eso que Paula abrió la puerta.

-¡BIEEEEEN! -los dos se levantaron y fueron a abrazarle las piernas.
-¿Hola? -dijo ella divertida.
-Voy a bajar a jugar con Ernest a fútbol y Doris quiere jugar a los bebés.
-¡Pero yo también quiero ir al jardín! -protestó ella poniéndose entre mis piernas y abrazándome el cuello.
-Pues vamos a buscar el balón y bajamos todos -le dije y besé su frente.
-¡Qué no me des besooos! -se quejó y me pegó en el hombro.
-¿Por quéee? -imité su tono de voz, la abracé y empecé a llenarla de besos.
-¡Porque no quieerooo! -se escapó de mi y fue a coger la mano de Paula.

Una vez allí me sacó la lengua y yo reí.

-¡Venga Boooo, vamos a jugaaar! -protestó Ernest.

Sí, ellos también me llamaban Boo haha.

-Ya va, ya va... 

Me levanté y busqué la pelota por la habitación de los juguetes de los niños.

-¡El último que llegue es tooonto! -gritó Lou empezando a correr.
-¡Cuidado con las escaleras! -grité, todavía desde arriba.
-¡AAAHHH YO NO SOY TONTOO!
-¡NI YO TAMPOCOO! 

Escuché gritar a los gemelos mientras entraba al jardín, a mi ritmo. 

-¡Paula es tonta! ¡Paula es tonta! -señalaba Lou con su dedo índice. 
-Tú sí que eres tonto -lo empujé cuando llegué hasta él.
-¡Oye! -intentó cogerme en brazos.
-Hahaha no puedes, estoy gorda -le pegué en el hombro y me fui con Doris a jugar a los bebés.

Estábamos pasando una tarde agradable antes de irnos a casa. Lo único malo era que cada vez se escuchaban más y más gritos desde dentro y Phoebe y Daisy estarían apunto de llegar. 

Desde un ventanal del jardín pude ver como entraban al comedor y presenciaban la escena. 

-Lou -lo llamé sin apartar la vista de la ventana.
-¿Qué ocurre? -dijo chutando la pelota.
-Tus hermanas, acaban de llegar. Es mejor que vengan aquí con nosotros. 

Dejó de prestar atención al ''partido de fútbol'' y vio como ellas estaban un poco asustadas.

-Ahora vengo, no te muevas de aquí bicho -dijo a Ernest alejándose hacia la puerta trasera que llevaba a la casa.

Unos segundos después las gemelas entraron y se sentaron con nosotras a jugar. Las intentaba distraer para que no miraran por la ventana y vieran la gran pelea que cada vez iba a más dentro del salón.

Narra Louis
Paula tenía razón. Tenía que sacar a las gemelas de ahí. 

Las convencí para que saliera con Paula y los gemelos y vaya, lo que me faltaba por escuchar.

-¿Qué haces aquí? ¿No volvías a tu maldita casa con tu maldita prometida para hacer tus cosas de estúpido famoso? ¡Aquí me molestáis! -me gritó la muy idiota.
-¡LOTTIE, CONTROLA LO QUE DICES! -gritó Dan desesperado, levantándose del sofá. 

Mi madre se subió a la habitación llorando y Dan la siguió.

-Oh no. Hasta aquí hemos llegado -dije calmado-. Está bien las estupideces que digas sobre mi porque sé lo malcriada que estás, pero no te consiento que hables así ni de mamá, ni de Dan, ni de Paula porque te recuerdo que es mi futura mujer -me acerqué hasta quedar cerca de ella, me puse de cuclillas frente a sus piernas. 

Ella estaba sentada en el sofá con los brazos cruzados.

-Futura madre de MI HIJA, de tú sobrina -seguí hablando-. Pero ya veo el cariño que le tienes a ambas. Me has decepcionado pero mucho. Y no olvides que gracias a ''hacer mis cosas de estúpido famoso'' estás viviendo como vives, con tus viajes, tus putos caprichos de niña mimada y todas tus tonterías -me estaba calentado y no era buena idea.

Nada más terminar la última frase me pegó un bofetón.

Me puse de pie.

-Está bien, sigue comportándote de tal manera porque acabarás mal -me alejé y fui hasta la puerta que daba al jardín, la abrí pero me volví a girar hacia Charlotte para continuar-. ¿Y sabes qué? Que yo no estaré ahí para cuando necesites ayuda porque estoy harto de ti y lo último que me esperaba era esto así que, te dejamos tranquila para que sigas buscando casa con tus amigas del alma, pero recuerda, olvida que tienes un hermano porque hasta aquí hemos llegado. A ver ahora cómo consigues pagarte todos tus caprichos sin mi ayuda. 

Le dediqué una última mirada y salí al jardín.

Narra Paula
Vi llegar a Lou con el semblante serio, las manos en los bolsillos de su pantalón de chándal y chispas saliendo de su cabeza.

-Nos vamos.

Nada bueno ha debido de pasar ahí dentro.

-¿Ya os vaiiissss? -hicieron puchero los gemelos, los pequeños.

Lou no contestó, simplemente conforme vino se metió para dentro.

-¿No podéis quedaros un poquito más? -dijo Phoebe pasando sus brazos por mi espalda, rodeando mi cuello y apoyando la cabeza en mi hombro derecho.
-Ya has visto que Boo está enfadado... tenemos que volver a casa y recoger a Owie -giré la cara para darle un beso en la frente.
-Jo... -dijo Daisy sentándose enfrente, con las manos en mi barriga.
-Yo no quiero que os vayáis -dijo Doris desde donde estaba paseando un carrito de muñecas.
-Yo tampoco... -Ernest se sentó encima de Daisy- Porque me gusta jugar a fútbol con Boo.
-También está papá para eso -le revolví el pelo con una sonrisa.
-Sí pero es que con Boo mola más -achinó los ojos, provocando una risa en mi.
-No pasa nada, en unas pocas semanas volveremos a vernos y podremos jugar todos de nuevo -les sonreí a todos los niños. 

Por cierto ¿dónde estaba Fizzy?

-Ahora es hora de despedirnos -miré uno por uno y por turnos vinieron a abrazarme, hasta acabar asfixiada por el abrazo colectivo del final haha.

¿Era para comérselos o no? ¡Estaba claro que sí!

Me puse de pie con dificultad y desde la puerta que entraba al salón les eché una última mirada. Los cuatro me hacía pucheros. Les tiré un beso al aire y entré, cerrando la puerta tras de mi. 

Vi a Lottie acurrucada en el sofá, abrazando sus piernas y llorando. 

Me acerqué a ella.

-Lottie... -me puse de cuclillas en frente- ¿Estás bien? 

Lo único que hizo fue mirarme mal. No sabía qué hacer ni qué decir.

-¡Paula! 

Me gritó Lou desde arriba.

Como no sabía cómo actuar frente esta situación, subí hasta ver a Lou en la habitación de su madre y Dan. Me hizo señas para que entrara. Seguía estando con la misma cara.

-Nos vamos a casa ya, despídete mientras yo lo hago con mis hermanos -dicho esto, me dejó en la habitación un tanto confundida y salió, sin dirigirnos la mirada.

Me despedí de Dan y Jay, la cuál no paraba de llorar y sentirse fatal. Fue díficil pero era lo que teníamos que hacer: volver a casa.

Primero tuvimos que ir a la otra casa para recoger nuestros trastos. El camino fue en silencio pero Lou necesitaba su espacio para que se tranquilizara así que no lo presioné.

-Yo... emm ¿estás bien? -dije mientras subíamos en ascensor hasta el rellano. 

Asintió con la cabeza, sin emitir palabra. 

Me acerqué a él y lo abracé con dificultad ya que entre los macutos que sujetaba él y mi gran barriga, no podía devolverme el abrazo. Tampoco es que lo viera con muchas ganas... pero lo único que podía hacer es darle tiempo para que se calmara y volviera en sí ya que la pelea con Lottie le había afectado muchísimo. Sería difícil de superar.

-Voy a por Owie y vuelto -le di un beso en la mejilla, cerró los ojos y asintió.

Bajé del ascensor y las puertas se cerraron para que él subiera a nuestro ático.

Saludé con la mano a James -el conserje-, porque estaba ocupado hablando con algún técnico y salí del edificio. 

Mi móvil sonó indicándome que tenía una llamada.

Era Fizzy. Lo cogí y estuvimos hablando bastante con lo cual me tocó quedarme un buen rato enfrente del edificio de Zayn y María hasta que terminamos de hablar. 

Hablamos de lo obvio: la discusión y de que lamentaba no haber podido despedirse de nosotros. Le dije que podía venir con nosotros cuando quisiera.

-Hola -saludé nada más me abrieron la puerta. 
-¿Y esa cara de amargada? -dijo Zayn abrazándome y frotando sus brazos por mi espalda.

Le di un beso en la mejilla y entré a su casa.

-Estoy súper cansada y Lou ha discutido con Lottie. Necesito comer cerezas. 
-¿Cerezas? -puso rumbo a la cocina- No sé si tenemos de eso aquí. 

Al poco volvió con un humeante café en una gran taza.
-No tenemos cerezas pero sí café recién hecho -me lo ofreció y lo cogí con gusto.
-Gracias -acerqué la nariz a la taza y gemí al oler el rico café-. ¿Dónde está María?
-Ha salido con Cris y se ha llevado a Owie. Supongo que tardará en venir porque se acaban de ir. Lo siento, pero no sabíamos que vendríais a esta hora.
-Oh no te preocupes -me acomodé en el sofá.
-¿Qué ha pasado con Lottie? -se sentó a mi lado, poniendo los pies en la mesilla de enfrente.
-¿Recuerdas que Lou te contó que ella quería independizarse? 

Zayn asintió con la cabeza, atento.

-Pues hoy ha llegado a casa diciendo que ha pensado y lo mejor es que ella y sus amigas vivan en la antigua casa de su familia. Jay y Lou se han negado y bueno, pelea. Lottie ha despotricado sobre Lou y sobre mi -bajé la mirada, fijándola en el café.
-¿Qué ha dicho? 
-Bueno... que esa casa es tanto de ella como de Lou, que da igual que nosotros vayamos ahí para dormir cada vez que vayamos porque podemos irnos perfectamente a un hotel, que nos fuéramos de su casa, que Lou haga sus cosas de estúpido famoso... blablabla -conté lentamente, sin ganas de nada realmente.
-¿Enserio? Madre mía. No... me lo esperaba -dijo sorprendido.
-Yo tampoco... 
-¿Sabes? Ahora eso es lo de menos en toda esta historia -alzó las manos moviéndolas al aire-. No es por cambiar de tema pero lo que debería preocuparos es esta chiquitina de aquí -puso las manos y la oreja en mi barriga.

Reí.

-Ya pero odio ver a Lou así. Las tres horas y media de coche hemos estado en silencio. No ha emitido ni una frase entera. ¡Me da rabia! 
-Eso se le pasará en unos días, no puede estar sin hacer gamberradas cinco minutos haha.

Menos mal que Zayn sabía animar a la gente porque lo agradecía muchísimo.

-Entonces ¿cuándo viene Jane? -siguió con su oreja en mi barriga.

No sé qué quería escuchar hahaha.

-Dos meses y poquito -aplaudí despacio, emocionada.
-¡Eh, eso no es nada! -dijo emocionado.
-¡Lo sé! Y estoy ¡tan nerviosa! 
-Normal, piensa que un bebé que normalmente pesan tres kg y pico al nacer, te tiene que salir por ahí... ¡qué dolor! -se tapó los ojos y le pequé en el estómago.
-¡Gracias por los ánimos, amigo!
-¡Pero es verdad! -hizo un gesto con las dos manos como un agujero que se iba haciendo grande.
-¡Para! -le pegué riendo. 
-HAHAHA SE TE VA A ABRIR EL... ¡AY! -lo callé pegándole varias veces más en el estómago.

Hahahahahaha puto. Con el miedo que ya tenía solo me faltaba escucharlo y para colmo no podía dejar de pensar en cómo se estaría sintiendo Lou en estos momentos. 



YUJUUU
YA QUEDA POCO.

EN REALIDAD NO SÉ CUÁNTO SO... IDK.

Lo que sí que sé seguro es que la próxima que voy a escribir la subiré en Wattpad porque esto está anticuado pero era un coñado pasar ciento y pico capítulos a W so la terminaré de subir a Blogger.

¡Sí, escribiré otra fic después de AEL!


OS LOVEO y espero vuestros comentarios como en el cap anterior :) xx



miércoles, 20 de agosto de 2014

CAPÍTULO 128





Narra Paula
Al día siguiente me levanté con dolor de espalda. ¿Quién dijo que el embarazo era bonito? ¡Mentira! ¡Es horrible! 

-Es una pena que tengamos que irnos ya... -dijo Lou apoyándose en mi hombro. 

Estábamos en casa de su madre y Dan, sentados en el sofá y en unas horas volveríamos a casa. En parte tenía ganas pero a su vez no. 

-¡Hola a todos! -saludó Lottie entrando al salón.
-Hola cariño -saludó Jay-. ¿Cómo ha ido?

Colgó el bolso en el pomo de la puerta y vino a sentarse al lado de su madre.

-Una mierda -suspiró.
-¿De dónde vienes? -le preguntó su hermano.
-De buscar piso con mis amigas.
-¿Todavía sigues con esa idea en mente? -le pregunté.
-¡Pues claro! -rodó los ojos- ¿Tú qué crees? -dijo borde. 
-No le hables así a Paula -dijo Louis serio, con el ceño fruncido.
-Lo siento -dijo a mala gana.
-Supongo que tendrás que pasar una larga y horrible temporada al lado de tu familia -dijo Jay irónica.
-Ni de coña -negó con la cabeza-. De camino aquí he estado pensando y tengo la solución. 
-A ver, ¿qué solución?
-Mira mamá, creo que es lo mejor y más barato para poder permitírmelo -empezó a explicar, gesticulando mucho con las manos-. Lo mejor será mudarme con mis amigas a nuestra antigua casa. Es decir, donde ellos -nos señaló con la mano- viven cuando vienen a Doncaster. 
-Ni de coña -dijo Lou esta vez.
-Definitivamente no -dijo Jay.
-¿Por qué no? -dijo enfadada.
-Porque no. Y meno con tus amigas. Si queréis independizaros os buscáis un piso, una casa o lo que podáis encontrar pero en mi casa no entra nadie a destrozarla -dijo Jay seria. 
-¿Perdona? ¿Me estás diciendo que yo no puedo y esos sí? 
-No te voy a permitir que hables así de nosotros Charlotte -dijo Lou levantándose del sofá.
-Tú te callas porque aquí manda mamá, ni tú ni tu prometida pintáis nada en esta conversación.
-¡Charlotte! ¡Si tan adulta te crees que eres compórtate como tal porque te recuerdo que Louis es tu hermano mayor y Paula pertenece a esta familia tanto como tú!
-¿Me estás diciendo que pueden venir aquí cuando les venga la real gana y quedarse en esa casa que es tanto de él como mía y yo que busco piso no puedo vivir allí? -gritó poniéndose de pie también- ¡Ellos pueden irse a un hotel cada vez que vengan! 
-¡Sí! ¡Ellos son adultos y responsables, con un bebé en camino y no me da la gana que tengan que ir a un hotel cuando pueden quedarse en casa! 
-¡También es mi casa! -dijo Lottie levantando los brazos.
-Mira Lottie, te puedes meter la casa por el culo. Espero que seas capaz de comprender que eres una cría inmadura como tus malditas amigas, y que no voy a permitir que destrocéis la casa de mi infancia -dijo de lo más serio y tranquilo que jamás había visto. 

Dicho esto salió de casa dando un portazo.

-¡Hey! ¿Qué bicho le ha picado a Lou? -preguntó Dan entrando con los gemelos cogido de sus manos. 

Hacía un rato se habían ido al parque para jugar un rato. 

-¡Qué es un gilipollas! ¡Lo odio! -gritó Lottie como una loca y salió de casa dando un portazo también. 
-¡No sé qué hacer con esta niña! -dijo Jay apunto de llorar, desesperada. 
-No, no, no. Tú no tienes la culpa de nada Jay -me senté de inmediato a su lado y la abracé.

Dan me miró como pidiendo saber qué había pasado. Me encogí de hombros y lo miré como diciendo que luego le explicaríamos. 

-Siento mucho lo que ha dicho sobre ti y Louis cariño... 
-No te disculpes, ha sido ella, no tú. 
-Mami ¿por qué lloras? -dijo Doris apoyándose en las rodillas de Jay.
-A mami se le ha metido un bichito en el ojo, no está llorando -le explicó Dan.
-¿Un bichito? -dijo Ernest sorprendido. 
-Sí y si no queréis que venga el bicho a por vosotros tenemos que ir al baño a lavaros las manos porque las tenéis llenas de arena.
-¡No! 
-¡Aquí que no venga!

Los niños salieron corriendo hacia el baño gritando que no querían ver al bichito. Nosotros reímos y Dan fue detrás de ellos.

-¿Ves a estos terremotos? -dije sonriendo. 

La abracé de lado y apoyé la cabeza en su hombro.

-Preocúpate por ellos y no te calientes la cabeza con Lottie. Ya le has dicho que no puede vivir con sus amigas en vuestra antigua casa y ya está. Y no te preocupes por lo que ha dicho, tiene dieciocho años y es su edad loca.
-Sí, pero ella la tiene desde los catorce -dijo rodando los ojos, con un tono divertido.
-Hahaha todo pasa... ya lo verás. Si quiere independizarse que se busque un trabajo y sepa lo que es llevar una casa y todos sus gastos.
-Gracias. Muchas gracias cariño -me besó la cabeza múltiples veces y luego a mi barriga-. Estoy segura que seréis unos buenos padres -acarició la barriga.
-Ya veremos hahaha. 

Me levanté del sofá como pude.

-Voy a buscar a tu hijo porque estará muy cabreado y seguramente le esté gritando a algún pobre inocente hahaha. 
-Seguramente haha.
-Ahora volvemos Jay.

Salí de casa dando un paseo y llegué donde pensé que podría estar mi chico gruñón. Era un parque. Bueno, no de juegos para niños pero había árboles con sus mesas de picnic y en algunas zonas había explanadas para que la gente viniera a volar sus aviones teledirigidos y esos juguetes que los adultos utilizaban para poder sentirse mejor y liberar tensión de sus sueños frustrados de ser pilotos. 

Eché un vistazo rápido y busqué la salida del parque para ir a otro lado donde encontrar a Lou.

-¿Pero eres subnormal? ¿No ves que estoy aquí? -escuché esa voz gritona e infantil.

Busqué a mi alrededor y cuando lo vi fui a paso ligero hasta él y un chico un poco más mayor que nosotros.

-¿Qué pasa aquí? -miré a Louis directamente a los ojos.
-Este imbécil casi me mata con su puto helicóptero. ¡Si quieres pilotar haber estudiado para eso y no con juguetes de mierda para niños!
-Eh, eh, eh, Lou, cállate -puse la mano en su pecho para tranquilizarlo.
-Ya te he dicho que lo siento chico -dijo el hombre con voz cansada. 
-No pasa nada, está nervioso, eso es todo. Siento si te ha dicho algo ofensivo -puse la mano en la boca de Lou al ver que iba a decir algo y empeorar las cosas.
-Gracias -dijo el hombre y se fue con su helicóptero en las manos.
-Oye, tienes que calmarte un poco -dije poniéndome frente a él y cogiéndolo de las manos.
-¡No puedo! ¡Todo me supera! Menos mal que nos vamos a casa porque no aguanto más con mi hermana.
-Shhh, no digas eso porque luego te arrepientes.
-¡No la soporto! 
-¿Sabes? Si mi hermano Chris estuviera aquí te diría lo mismo de mi -dije para tranquilizarlo.
-Lo siento, no quería hacerte sentir mal -besó mi frente.
-No pasa nada, lo estoy aceptando -negué con la cabeza. 

Me abrazó fuerte y descansó su cabeza en la mía.

-Te quiero -me besó la coronilla-. Os quiero -rectificó y volvió a besarme pero esta vez en los labios.
-Vamos si no quieres que el hombre del helicóptero te ataque otra vez -lo cogí de brazo y empezamos a andar en dirección a la salida.
-¡Va enserio! ¡Casi me saca uno de mis preciosos ojos! 
-Exagerado... -reí.
-¿Quieres ver como yo soy capaz de hacerlo mejor? -frenó en seco y dio meda vuelta.
-¡No serás capaz hahaha!
-Ya veremos -murmuró bajito.

Llegamos al mismo chico de antes.

-Perdona... emm...
-David.
-Perdona por lo de antes David. He tenido un momento malo que me ha puesto muy nervioso.

David se quedó mirándolo flipado. 

-¿Te importaría dejarme un momento el helicóptero para demostrarle a mi prometida que puedo hacerlo mejor que tú?

Dijo con toda la cara del mundo.

-¿Perdona? ¿Dejarte mi ''juguete de mierda para niños''? Ni de coña. ''Si quieres pilotar estudia para eso''.

HAHAHAHAHAHA zas en toda la cara de Lou.

Lou abrió la boca sorprendido.

-Vamos a casa anda... -lo cogí del brazo y lo saqué del parque a rastras. 
-Estoy seguro que lo habría hecho mejor que ese.
-Sí cariño, yo también estoy segura.

Le di la razón como a los locos haha.

-¡Eh! Y no digas ''prometida''. Sabes que hace sentir mayor.
-¿Pero es lo que eres, no? Yo creo que ese anillo dice eso -levantó mi mano para que mirara el anillo.
-Sí bueno, pero me hace sentir anciana la palabra prometida. No me gusta la palabra.
-No pasa nada, ahora mismo lo arreglamos. 

Se acercó a una mujer de unos treinta años conmigo detrás.

No podía ir al mismo paso que él. No mientras tenga una gran bola pesada como barriga.

-Disculpa -paró a la mujer que miró extrañada-. ¿Has visto que chica tan preciosa? -me señaló de arriba a bajo- Es mi mujer.
-Mmm ya veo... -dijo la mujer y se fue negando con la cabeza y a paso rápido.
-¡Estás loco! -le pegué en la espalda.
-¡Por ti! -imitó mi tono de voz.

Me abrazó y me pegó a la pared de detrás con cuidado.

-Ya sabías que estaba loco cuando accediste a ser mi mujer.
-No sé si sabes que todavía no estamos casados.
-Lo sé, lo sé. Pero eso no importa. Yo te quiero de la misma forma -pegó su cara a la mía y le rodeé el cuello con mis brazos.
-Y yo a ti. Eres mi chico. Sólo mío.
-¡Sexy chico! 
-Mi sexy chico -rectifiqué riendo y junté mis labios con los suyos.
-¿Todavía te duele la espalda? -preguntó cuando retomamos el camino.
-Un poco... -me cogí a su brazo mientras andábamos.
-No tenías que haber venido entonces. 
-Si no llego a venir le pegas al pobre hombre hahaha.
-Tonta haha. 

Llegamos a casa y todo seguía con un poco de tensión. Lo que hizo que Lou se volviera a tensar un poco.