Narra
Louis
Llevaba
dos horas tumbado boca abajo en nuestra cama. No me había movido ni
solo un poco.
Escuché
abrirse las puertas del ascensor.
-Mira
quién está aquíiii -canturreó Paula subiendo las
escaleras.
Sonreí
sin ganas. Al menos ella aportaba alegría en mi vida.
Aunque
la verdad es que ella no tenía culpa de la pelea con Charlotte y
había estado sin hablarle todo el viaje de vuelta a casa. No se
merecía eso y aun así, ella volvía a casa feliz.
Su
alegría era una de las muchas cosas que hacía que la quisiera un
poco más a cada minuto del día.
Se
sentó en el borde de la cama y puso a Owie en mi espalda.
El
perro se puso en el hueco de mi cuello, haciéndome cosquillas.
-Mi
ratita, cuánto tiempo sin verte... -me di la vuelta con
cuidado de no aplastar al bicho y vi a Paula poner los ojos en blanco
al llamar a Owie ''ratita''.
Le
pasé la mano por toda la cara a Paula, chinchándola. Me dio un
manotazo haha. Después de tres años con la rata en casa no debería
seguir teniendo la esperanza de que lo llamara por su nombre hahaha.
-¿Has
visto qué grande está? -dijo emocionada, acariciando el lomo
de mi rata canija.
-Paula,
cielo, el bicho este no crece nunca. Es más pequeño que mi poll...
-me pegó en el brazo y con la otra mano tapó mi sucia boca. Solté
una carcajada.
Dejé
al perro en el suelo revoloteando y cogí a Paula de la cintura,
poniéndola a horcajadas sobre mi. Me costó bastante ya que su
figura estaba enorme.
-Ya
basta de agresión hacia mi persona - me incliné y capturé
sus labios.
Puse
mis manos en su baja espalda para que no fuera a ninguna parte.
Aunque para ser sinceros... tampoco es como si pensara que fuera a
irse a algún lado.
-Ya
basta de llamarlo Rata -me imitó.
Le
mordí el labio y capturé sus labios un par de veces más.
Apoyó
su cabeza en mi hombro y la abracé fuerte, cerrando los ojos,
dejando el tiempo correr.
-¿Estás
mejor? -preguntó sobre mi cuello.
Gemí
en respuesta, asintiendo con la cabeza.
-Has
tardado mucho -acaricié su pelo.
-Es
que María se había llevado a Owie no sé dónde y me he quedado con
Zayn. Además, necesitabas tú espacio.
La
volví a abrazar fuerte, suspirando largo y tendido.
-Lo
siento por no hablarte pero estaba fuera de sí.
-No
pasa nada, lo importante es que estés mejor -sonreí.
-Ha
llamado tu madre mientras estabas con Zayn.
-¿Y
por qué no me ha llamado a mi?
-Lo
ha hecho, pero no se lo has cogido.
-Ohh
¿qué quería?
-Dice
que hace demasiados días que no nos ve. Nos ha invitado a cenar.
-¿Esta
noche?
-Sip.
Se
quitó de encima mío y se tumbo al lado, extendiendo los brazos.
-Aggg
no me apetece nada -gruñó.
-Oh
venga, señorita vaga -me recosté a su lado.
-Tengo
ganas de dormir -hizo un puchero.
Giré
la cabeza para mirar la hora en mi despertador.
-Son
las seis, es la hora de cenar en nada. Vamos, cenamos y enseguida
volvemos aquí.
-Está
bieeeeen -se levantó como pudo de la cama y entró al baño.
Yo
volví a subir a la rata a la cama y jugué con ella hasta que Paula
salió del baño. Cogimos lo necesario y fuimos a casa de Ana y
Henry.
MARZO
2017
-¿Sabes?
Esta mañana ha llegado la invitación para los Brit, son en tres
semanas -dije sentándome a su lado, en el sofá.
Le
tendí el sobre para que lo viera ella misma.
-¿Vais
a ir? -dijo abriendo el sobre y sacando la invitación.
-Vamos
a ir -recalqué el ''vamos'' señalándola seguido de mi.
-¿Yo?
¿Por qué? -alzó las cejas- No estáis
nominados a nada.
-¿Y
qué? Además, presentamos un premio.
Le
quité la invitación y el sobre y los tiré a la mesa de enfrente.
Cogí sus pies y los arrastré a mi regazo, empecé a masajearlos.
-Seguro
que me dan un premio sorpresa al ''más guapo del lugar''.
Rió.
-En
todo caso te lo darían al ''más creído, cínico y tonto del
lugar''.
-¿Ese
no sería para ti? -contraataqué alzando las cejas y moviendo
la cabeza.
-Definitivamente,
no -me aplastó un cojín en la cara.
-Entonces
¿qué te vas a poner?
Narra
Paula
Rodé
los ojos y apoyé mis brazos detrás de la cabeza.
-No
lo sé, nada me queda bien.
-¿Cómo
que no?
-No.
-Eso
es fácil, las chicas te pueden ayudar porque supongo que ellas irán
y podéis elegir esas cosas juntas.
-Si
no voy tampoco pasa nada.
-Quiero
que vengas -dijo con dulzura-. Nunca has
querido venir a ninguno de esos actos. Siempre te hemos dicho TODOS y
TODAS que vinieras.
-Porque
son momentos de reconocimiento a vuestro éxito.
-El
éxito se comparte con los seres queridos y, tú eres mi ser querido
más apreciado. Me gustaría que vinieras aunque no estemos nominados
este año.
-Me
lo pensaré -sonrió.
-Ayyyyy
¡cuánto te quiero!
Se
puso encima de mi sin tocarme, con los brazos a mis costados y me dio
un beso detrás de otro.
-No
he dicho que vaya seguro.
-No
importa, sé que vendrás porque es difícil resistirse a mi encanto,
dulzura e insistencia.
-Idiota
-sonriendo junté mis labios con los suyos-. Me
conoces demasiado.
-Por
eso eres mi mujer.
-¡Todavía
no!
-Pesada,
que me da igual.
En
mi barriga Jane empezó a moverse. Y eso, a determinada altura del
embarazo ocurría poco.
Le
cogí la mano a Lou y la puse en la zona que sentía el movimiento.
De inmediato sonrió y yo con él.
-¿Sientes
eso? -preguntó.
-Obvio
-dije graciosa y esta vez fue él el que rodó los ojos.
-Pues
son las quejas porque su mami no quiere admitir que es la mujer de su
papi -sonreí y lo enrosqué del cuello, atrayéndolo más a
mi-. Te voy a hacer daño -entró en
pánico, intentando no aplastarme.
-Te
amo, te amo, te amo, te amo -dije entre beso y beso,
llenándole toda la cara.
-Yo
también, pequeña.
Nada
más decir eso empezó a reírse. Sí, pero no reírse en plan
''haha' sino en plan tener que parar para respirar. No entendía
nada.
-¿De
qué te ríes? -me senté sin apoyar la espalda en el respaldo
del sofá.
Paró
de reírse e intentó hablar.
-Te
he dicho pequeña y... -se rió un poco más- En
estos momentos eres todo lo contrario -se descojonaba en mi
cara o sea yo le pegaba-. Pequeña
-murmuró enganchándose a reír todavía más.
Me
levanté del sofá enfadada e intentó cogerme del brazo pero no
pudo, salí pitando.
-Eres odioso -dije desde las escaleras al escuchar que no
paraba de darle golpes al sofá con la mano, encogido de la risa.
Idiota.
Gilipollas.
Ni
que yo no supiera lo tremenda y fea que estaba como para tener que
repetírmelo él.
Adiós
momento bonito.
Hola
idiota de Louis.
-¡Paula!
¡Cariño baja! -gritó desde abajo, todavía riéndose.