Narra
Louis
Tenía
la mañana libre, así que tenía que aprovechar para poder llamar a
mi chica y a mamá sin interrupciones ya que SIEMPRE que llamaba a
alguien era habitual que nos interrumpieran tres veces como mínimo.
Primero
llamé a mi madre y hablé con ella y con Fizzy, que era la única
que estaba en casa y no en la escuela porque estaba con gripe. Hablé
como más de una hora. Las echaba muchísimo de menos...
Antes
de llamar a Paula, me tomé un zumo y me acomodé en mi cama del
autobús, sin nadie alrededor mía que me molestara.
Llamé
y no lo cogió. Uy, que raro. Lo volví a intentar y cuando estaba
apunto de colgar, contestó.
*Conversación
telefónica*
-Buenos... -bostezó- buenos
días quien quiera que seas.
-Buenos
días dormilona hahaha.
-Pero
si es mi Boo... -dijo alegre, volviendo a bostezar.
-¿Y
estas horas de levantarse? Son casi las doce... haha.
Era
raro en ella eso.
-Porque
anoche salí un rato... y bueno, eso haha.
-¿Saliste?
¿Y dónde fuisteis las chicas y tu?
-No,
no fui con ellas.
-¿No?
-No...
-¿Se
puede saber con quién saliste, entonces?
-Ohh,
a mi no me vengas con ese tono porque no tienes el por qué.
-Tono...
¿qué tono?
-¡Uh,
encima!
-Oh
mira, estás un poco paranoica... ¡cuando estés de mejor humor me
llamas y me cuentas con quién demonios saliste tu anoche!
-¡Salí
con Marcos! ¡MAR-COS!
-¿Marcos?
¡¿Qué Marcos?!
-¡Pues
Marcos, un chico maravilloso!
-¡Pues
que te vaya bien con ese tal ''Marcos'' -dije con
recochineo- ya que es tan maravilloso!
-¡Eres
un imbécil! -dijo y colgó.
*Fin
de la conversación telefónica*
Diosssss.
Dejé mi móvil ahí en mi cama y salí del autobús dando un portazo
y hecho una furia. Caminé sin rumbo super enfadado. Me choqué con
Niall.
-Eh,
eh, cuidado. ¿Qué te pasa? -seguí andando.
-PREGÚNTASELO
AL MARAVILLOSO DE MARCOS. -me
giré de nuevo y continué andando.
Entré
al autobús donde supuse que estaban todos, o sea, en el de Harry
porque era el más ordenado y efectivamente, ahí estaban casi todos
charlando animadamente.
-¡¿QUIÉN
DIABLOS ES MARCOS?! -les pregunté gritando.
-¿Qué?
-¿Qué
dices tío?
-¡OHH,
VENGA! -salí de allí dando otro portazo y desaparecí.
O
al menos lo intenté. Quería estar solo pero con tantos fans a los
alrededores eso era, imposible no, lo siguiente.
Narra
Paula
¿Qué?
¡Dios, este chico es insoportable cuando se lo propone!
Me
calenté la cabeza demasiado ese día... Por la tarde las chicas me
llamaron para ver si esa noche salía con ellas. Les dije que sí.
Claro que sí. No me iba a quedar amargada en casa por culpa del
imbécil de Louis.
-¡Pero
qué guapas que estáis! -les dije nada más verlas.
Habíamos
quedado a las once en mi portal. En cuanto María vino no fuimos.
Fuimos una discoteca que estaba bastante bien. Esa noche también
vinieron Izan y Dylan.
Nos
lo pasamos estupendamente. Hacía semanas que no me lo pasaba tan
bien como aquella noche.
Los
días fueron pasando y os juro que no hablé con Louis ni una sola
vez en esos seis largos días. Yo estaba que me subía por las
paredes. ¡Esto era el colmo vaya!
Narra
Louis
Hoy
era el día. Era el día de volver a Londres para dar cuatro
conciertos y luego seguir la gira en Newcastle.
Estábamos
en el aeropuerto. Las chicas vinieron a recogernos. Estaban todas
menos Paula.
-¿Dónde
está Paula? -les pregunté después de saludarnos
calurosamente.
-¿Dónde
va a estar? Trabaja... ¿no lo recuerdas? -dijo Cris.
-Oh,
si, claro... -llevábamos seis días sin hablar.
Los
chicos sabían que estábamos enfadados así que por ellos fue por
los que me enteré que empezó a trabajar en aquella agencia de
Portobello.
Llegué
a casa y dejé algunas de mis maletas ya que me llevaría otra ropa.
Owie estaba igual que siempre, muy rata vaya. No sabía si ir hasta
la agencia o esperar como un tonto en casa para que Paula llegara.
No
tenía mucho tiempo ya que esta noche teníamos concierto y había
ensayo. Miré la hora y era casi la hora de comer. Supongo que no
comería en casa ya que dentro de un rato volvía a entrar a
trabajar.
No
lo pensé más y bajé hasta el parking del edificio para ir hasta
allí donde estaba.
Narra
Paula
Eran
las doce, con lo cual era mi hora de ir a comer. Había quedado con
Marcos para ir al italiano que había a la vuelta de la esquina.
Desde que empecé a trabajar aquí, comíamos todos los días juntos
ya que nos coincidía el horario.
En
cuanto lo vi a través de aquel cristal, salí de la agencia y lo
saludé con dos besos. Eso era un saludo, no como los ingleses estos
haha.
-¿Qué
tal la mañana?
-Aburrido,
ya sabes... repartiendo cosas de un lado para otro haha ¿y la tuya?
-Bueno... -agaché
la mirada.
-Ey...
¿qué te pasa? -se preocupó de inmediato.
Negué
con la cabeza, acompañado de una sonrisa triste, nada más.
Sabía
que no se lo había acabado de creer. Entramos al local y nos
sentaron en una mesa para dos, al lado de un gran ventanal.
Nos
dieron la carta y pedimos. Me estaba contando como había tenido un
jaleo con un cliente al que tenía que darle un paquete y nosequé
lío había tenido. No paraba de mirar la pantalla de mi móvil.
Nada, no tenía ninguna noticia.
Él
sabía que estábamos enfadados.
-¿No
has hablado con él todavía?
-No...
¿Y sabes lo peor?
-¿Qué
pasa?
-Que
en estos momentos está aquí. Tendrían que haber llegado hace una
hora o así.
-¿Aquí
dónde? ¿En Londres?
-Sí...
van a estar aquí durante cuatro días de gira y luego se van a
Newcastle a continuar.
-Yo
creo que en cuanto menos te lo esperes todo se soluciona. Por cómo
me has hablado de él, no creo que pueda estar mucho más sin ti.
-Voy
al baño un momento.
Me
levanté y fui al servicio.
Narra
Louis
Cogí
el coche y fui hasta su trabajo. Estaba cerrado. Claro, si es la hora
de comer... normal que esté cerrado. Tonto de mi. Necesitaba hablar
con ella ya. La echaba muchísimo de menos y bueno, necesitaba
decirle que no sé quién era ese tal ''Marcos el chico maravilloso''
pero me lo tenía que explicar porque no entendía nada y me parecía
fatal que viera al tío ese yo estando lejísimos de ella.
La
llamé para preguntarle donde estaba pero no me lo cogió. Perfecto.
Seguía tan terca como era ella cuando estaba enfadada.
Decidí
dar una vuelta por Portobello y así despejarme un rato. Lo
necesitaba.
Narra
Paula
Salí
del baño y volví a la mesa con Marcos. Ya nos habían servido la
comida. No tenía mucha hambre que digamos...
-Te
han llamado mientras estabas en el cuarto de baño -me
dijo Marcos.
-¿Qué?
¿Quién? -pregunté desesperada.
-No
lo sé... no he mirado.
Miré
corriendo el móvil y la persona que me había llamado había sido
Louis.
-Era
Louis. -dije risueña.
-Llámalo
venga, no esperes más.
-¿Lo
llamo?
-¡Claro!
-No...
estamos enfadados -dejé el móvil en la mesa.
No
dejaba de mirar la pantalla.
-El
móvil no va a llamar sin tu ayuda sabes... hahaha.
-Hahahaha
tonto... -dije y inconscientemente miré por la ventana.
Imposible,
no.
Narra
Louis
Como
muy bien había explicado antes, necesitaba despejarme y por eso
decidí dar un paseo. Esa zona de Londres era preciosa... a Paula y a
mi nos encantaba. Veníamos mucho por aquí.
Iba
mirando a cualquier parte y por raro que parezca, no me pararon en
ningún momento para firmar autógrafos o tan si quiera hacerse fotos
conmigo. Mejor. La verdad es que eso era de agradecer. Tener espacio,
tranquilidad.
Con
las manos en los bolsillos de mi chaqueta, me paré al frente de un
restaurante italiano al que nunca había ido por simple casualidad.
Eso que vas mirando todo y nada a la vez y ves algo lo cual no te
esperas.
¿En
serio?
Paula
estaba tras ese cristal acompañada de un chico. Tardé unos largos
segundos en reaccionar y cuando me quise dar cuenta, Paula estaba
frente a mi, pero ésta vez sin ningún cristal que se interpusiera
entre nosotros. Me habría gustado haberme ido antes de que ella
hubiera salido del restaurante, pero como había dicho antes, tardé
segundos en reaccionar. Así que aquí estábamos... Los dos uno
frente al otro sin decir nada.