Narra
Louis
-¿Estás
lista? -pregunté mirándome en el espejo del cuarto de
baño.
-No.
-Venga,
Paula. ¡Llegaremos tarde!
-Es
verdad, yo me quedo aquí en casa -me asomé por la
puerta y la vi sentada en la cama, con la mirada en el suelo.
Levantó
la mirada y me vio.
-Es
lo mejor.
-No,
lo mejor es que vengas... conmigo, con los chicos.
Me
senté a su lado y la rodeé por la espalda. Le di un beso en la
sien.
-¿Me
encuentras guapa? -susurró.
-Siempre -apreté
mi agarre para transmitirle fuerza y seguridad.
-No
mientas...
-Oh
señorita, me ofende que digas eso. Sabes que soy de todo menos
mentiroso.
Sonrió
de lado.
-Vas
a ser la chica más guapa de los Brit -le di suave en el
hombro con el mío.
Bajé
mi boca a su cuello, pasando por su oreja.
-Lo
dudo, pero por lo que tengo ante mis ojos... tú sí -me
miró de arriba a bajo.
-¿Ves?
Somos la pareja de guapos y perfectos haha.
-Anda,
tienes razón. Vamos o llegaremos tarde.
Narra
Paula
Lou
entró al vestidor a por su chaqueta y yo al baño para hacer pis y
para retocarme en el espejo.
Me
senté en el retrete para hacer pis y me di cuenta de que había
expulsado el tapón mucoso. Me entró miedo por lo que no dije nada y
cuando terminé bajé con Lou, el cual esperaba de pie al lado del
ascensor mirando las musarañas, distraído y con las manos en los
bolsillos.
-¿Qué
pasa? -sacó las manos de los bolsillos- Tienes
cara de haber visto un fantasma.
-¿Qué? -me
exalté.
-¿Estás
bien? -se acercó a mi y me observó de cerca.
-Sí -me
alejé y fui hasta el ascensor.
Me
miró con el ceño fruncido pero no dijo nada más. Entró conmigo al
ascensor y saludamos a James al pasar por delante suyo.
A
Lou le sonó el móvil. Era Liam, preguntando dónde estábamos
porque todos ellos ya estaban allí.
Un
coche negro, grande y muy lujoso nos esperaba a una manzana de casa.
Nos llevaría hasta donde se celebraban los Brit y a pesar del corto
trayecto de nuestra casa al coche que nos recogía, un paparrazzi nos
fotografió todo el camino.
Había
muchísimo tráfico. No, no... la palabra ''muchísimo se le quedaba
corta.
-Odio
el tráfico -se quejó Lou pegando su cabeza en el cristal del coche.
Diez
minutos después me sentía super mal. Super hinchada. Super pesada.
Super nerviosa. Super todo.
-Paula... -dijo
Lou apegándose al lado contrario donde yo estaba- Creo
que te has meado.
Dijo
mirando entre mis piernas al mismo tiempo que yo también lo sentía.
-¡He
roto aguas idiota!
A
los dos minutos de completo silencio abrí los ojos sin poder dejar
de mirar entre mis piernas.
-¡Louis!
¡Haz algo!
No
decía nada.
-¡Quieres
hablar!
Nada.
-¡Louis!
¿Eres tonto?
Estaba
en shock.
-¡Ahh! -al
fin reaccionó, gruñendo- ¡¿Qué coño
hacemos ahora?!
Se
dio golpecitos en la frente contra el cristal mientras yo no sabía
qué hacer ni qué decir.
-Por
favor, llévanos a London Bridge Hospital, ¡MI MUJER ESTÁ DE
PARTO! -gritó Lou al conductor.
-¡QUE
NO SOY TU MUJER! -grité exasperada y superada por la
situación.
-CÁLLATE -dijo
empezando a sudar y a ponerse de mil colores.
-¡AHHH! -me
agarré al brazo de Lou, apretando fuerte.
-¿Qué
pasa?
-Me
duele -cerré los ojos, encogiéndome en mi asiento.
-¿Mucho? -dijo
con los ojos fuera de sí.
-Sí...
joder. ¡Aaaahh!
-PAULA
TRANQUILA -gritó al mismo tiempo que yo.
-Ya...
ya está -dije suspirando tranquilamente.
-¿Estás
mejor? -me agarró una mano, apretando.
Asentí
un poco mareada.
Todo
iba bien hasta que a los pocos minutos empezaron otra vez esos
dolores horribles.
-No...
no puede ser -susurré hasta que otro dolor me hizo
gritar mucho más que los de antes.
Entre
gritos y nervios nos llevaron al hospital aunque tardamos media hora
larga por culpa del tráfico y el coche estaba hecho un asco.
-Lou me duele mucho -me cogí la barriga, casi retorciéndome.
-Aguanta
un momento... Siéntate aquí -me ofreció una silla de
ruedas y nos acercamos al mostrador.
Louis explicó lo que ocurría y enseguida nos llevaron a la sala de dilatación. Nos explicaron cómo iba a ser todo el funcionamiento y nos dejaron solos en la habitación.
-¡Voy a llamar a mi madre, a la tuya y a los chicos! -gritó eufórico.
El
tiempo pasaba y pasaba... Todo seguía igual y me estaba poniendo muy
nerviosa.
Habían pasado dos horas y ahí seguíamos. De vez en cuando una médica venía a ver cuánto había dilatado y volvía a marcharse.
-Mira -me extendió Lou su móvil para que lo viera.
Me enseñó un vídeo donde los chicos salían presentando el premio a mejor artista masculino.
***
-Sí,
como podéis observar somos cuatro en vez de cinco... -comenzó
Liam.
-Falta
Louis -dijo Zayn.
-Le
habría gustado estar aquí con nosotros para poder presentar este
gran premio pero de camino hacia aquí ha habido un
imprevisto -siguió Harry.
-¡El
bebé viene de camino! -gritó Niall gritando, muy
eufórico.
-Sí,
el bebé ha decidido que no quería perderse los premios y ha querido
salir al mundo justo en el coche de camino hacia aquí haha -dijo
feliz Liam.
-Así
que... ¡ENHORABUENA LOUIS Y PAULA! -gritaron los cuatro
felices, emocionados y saltando hahaha.
-¡Pero
no! ¡Todavía no son papás hasta que el bebé quiera! Hahaha -dijo
Niall de nuevo.
-Y
el ganador, al premio a mejor artista masculino es
para... -presentaron Liam y Harry a coro.
-¡ED
SHEERAN! -gritaron los cuatro tirando el sobre por los
aires.
***
Eso era el vídeo. Sonreí por un instante hasta que otra contracción hizo de las suyas.
-Shhh, tranquila -dijo apretándome la mano fuerte, al lado mío.
Desde
que habíamos entrado en la habitación de dilatar no se había
separado de mi y lo agradecía mucho.
-¡Hija!
Me giré y vi a mi madre vestida como Lou, con la bata, gorro y peucos verdes.
-Mamá... -me llenó la cara de besos.
-¿Estás
bien? ¿Qué dice el médico? He traído el macuto que teníais
preparado que Lou me ha dicho que no lo habéis cogido. ¡Dime algo!
¡Ahhh qué nerviosa estoy!
-¡Mamá! -grité
con otra contracción y ella me cogió la otra mano.
-Se
ha puesto de parto de camino a los premios y por eso no hemos cogido
el bolso, Ana -Lou rodó los ojos.
-¿A
quién se le ocurre ir a unos premios?
-Me
faltaba una semana y tres días para salir de cuentas...
-Eso
no es mot... -alguien entró e interrumpió a mi madre.
-¿Eres
su madre? -preguntó la médica simpática.
Mi
madre asintió feliz y volví a gritar. Lou estaba de los mil
demonios.
-¿Cómo
va eso? -preguntó metiendo la mano entre mis piernas
para ver si había dilatado lo suficiente- Ok
¡llegó la hora de la verdad! ¡A paritorio!
Abrí
los ojos muerta de miedo y Lou gritó conmigo. No sé quién de los
dos tenía más miedo.
Dos
chicos entraron y cogiendo la cama me llevaron a paritorio.
-En
un ratito entro para ver cómo va todo -dijo la médica.
Mi
madre me dio ánimos antes de que se me llevaran y se fue a la sala
de espera con el macuto de Jane y mis cosas.
-¡NO
PUEDO MÁS! -grité desesperada.
-Cariño...
esto puede tardar diez minutos que diez horas -dijo un
médico metiéndome la mano ahí bajo.
-¡AH! -arqueé
la espalda del dolor.
-¡No
le haga daño! -le gritó Lou y él lo ignoró.
-LOUIS.
-¡¿Puede
tocarla más despacio?!
-LOUIS
NO ME PONGAS MÁS NERVIOSA JODER.
Narra
Louis
Las
horas pasaban y pasaban... no podía aguantar más y me destrozaba
ver a Paula de tal manera. Estaba muerta de dolor y de desesperación.
No soportaba escuchar la manera en la que gritaba y gritaba de dolor,
con lágrimas por la cara.
Le
di mi mano en todo momento, que casi arranca por cierto, y no me moví
de ahí para nada.
-Un
empujón más -el médico la animó.
-¡¡NO
PUEDO EMPUJAR MÁS!!
-Un
último esfuerzo y tendrás a tu bebé contigo.
Tras
unos empujones y gritos más, el llanto de un bebé se escuchó.
Nuestro bebé ya estaba con nosotros.
-Enhorabuena,
sois padres de una niña, lo has hecho muy bien -la
felicitó el hombre.
Besé
la cabeza de Paula y empezó a llorar.
Pusieron
a Jane en brazos de Paula y besó su cabeza, empecé a llorar de ver
a mi preciosa bebé entre los brazos de mi preciosa mujer y le di un
beso yo también pero enseguida nos la arrebataron de los brazos para
limpiarla y hacerle las pruebas necesarias en estos casos.
Me
limpié los ojos y Paula lloró más todavía.
Me
acerqué hasta ella lo máximo posible y besé su frente decenas de
veces.
-Gracias,
gracias, gracias, gracias, gracias -dije entre beso y
beso-. Eres una valiente -me
abrazó-. Una valiente enorme. Te amo mi vida.
-Se
la han llevado Louis -susurró entre lágrimas.
-Ahora
mismo estará aquí con nosotros, no te preocupes -la
abracé y tuve que separarme porque una enfermera vino a coserle tres
puntos ahí abajo.
-Mientras
la preparamos y llevamos a la habitación tiene que salir, luego le
dirán el número de habitación mientras espera en la sala.
Vamos,
directamente me echaron de ahí mientras arreglaban a la niña y a
Paula.
Salí
con una sonrisa de oreja a oreja like a boss y me quité el horrible
gorro de color verde. Por el pasillo hasta la sala de espera era como
si tuviera un ventilador haciendo aire a mi pelo, humo a mi alrededor
y luces, hice mi entrada triunfal cual
divo digno de admirar.
-¡Eh!
¡Ya era hora! ¿Cómo ha ido? ¿Está bien? ¿Ha ocurrido algo malo?
¿Cuánto ha pesado? ¿Cómo es? -Ana me bombardeó a
preguntas pero lo único que pude hacer fue abrazarla y soltar
lagrimillas de padre emocionado y orgulloso.
-Ana,
es preciosa -dije sin soltarla-.
Todo ha salido bien -la sonrisa no me la podía quitar
nadie.
Nos
sentamos para esperar mientras le contaba todos los detalles a mi
suegra.
-¿Sabe
si van a tardar? -pregunté a la chica del mostrador.
-Señor,
es la cuarta vez que pregunta... Ya le he dicho que tardan unos
veinte minutos.
-¿Eso
no es mucho tiempo?
-Nosotros
le avisamos -me echó de allí.
Nada,
solamente hacían que echarme de todos lados ¡pero estaba nervioso!
-Quiero
ver a mi hija -gruñí contra la pared.
-Y
yo a mi nieta.
-¿Te
das cuenta de lo bien que suena eso? -le pregunté
sonriendo.
-Sí...
y no puedo esperar -frunció el ceño mirando la hora en
el reloj de su muñeca-. ¿Has llamado a tu
madre?
-Sí.
Vendrá en cuanto organice todo. Ya sabes, tanto crío por casa es
una locura haha pero supongo que vendrá mañana porque ya es tarde y
no me gusta que conduzca de noche...
-Bueno,
ya verás que mañana bien prontito está aquí -apretó
mi rodilla para darme ánimos.
-Familiares
de Paula Tomlinson.
-¡Yo! -me
levanté de inmediato hasta la chica jovencita que preguntó eso.
-Puede
pasar a la habitación 016.
-¿Mi
suegra puede entrar?
-Sí,
pero tranquilidad porque la paciente tiene que descansar.
-De
acuerdo.
Fui
hasta Ana y cogimos las cosas.
-Están
en la habitación dieciséis, ya podemos pasar.
Buscamos
la habitación con prisa y nerviosismo.
Entramos
en silencio y observamos la escena con una sonrisa.
Dejé
el macuto en un pequeño sofá que había.
Paula
tenía a Jane en brazos, rodeada con una manta y tenía puesto un
gorrito diminuto, como su cabeza. Le cogía el dedo a Paula y esta la
observaba con una sonrisa de lado, sin apartar la vista.
Nos
acercamos a la cama y Ana abrazó de lado a su hija y besó su
mejilla. Le dio la enhorabuena y alagó de mil y una manera a Jane.
-Hija,
tienes que descansar... y ella también.
-Pero
no puedo -levantó la cabeza por un instante.
-Cariño,
no va a pasar nada... ya han venido a explicar todo y te han dicho
que te despertarían para darle el pecho así que no te preocupes de
nada.
-Sí,
es tarde... descansa y duerme. Mañana pronto estaremos aquí y si no
duermes estarás muerta. Has hecho mucho esfuerzo.
-Está
bien... -suspiró agotada.
Ana
se despidió de nosotros y se marchó a casa a dormir.
El
parto había durado siete horas, por lo tanto ya eran las doce y
media de la noche y por eso no pudieron venir ni los chicos ni las
hermanas de Paula ni nadie. Pero era mejor porque así descansaban.
-Descansa
cielo -besé su frente y cogí a Jane en brazos.
Me
senté en el sillón que había al lado de la cama con mi niña en
brazos y Paula nos observaba desde la cama pero al final consiguió
dormirse.
Cogí
mi móvil de la mesilla que había entre la cama y el sillón. Tenía
cientos de llamadas y mensajes pero no iba a ponerme con eso... le
hice decenas y decenas de fotos mientras dormía entre mis brazos y
algunas de ella despierta.
Me
cogió de la mano, bueno, de un dedo, y no me soltó en un buen rato.
Me estaba muriendo de ternura de ver la gran suerte que tenía como
familia.
Subí a Instagram una de las fotos que le había hecho antes en su cuna.
Subí a Instagram una de las fotos que le había hecho antes en su cuna.
''Hiii'' |
Una
enfermera vino y desperté a Paula porque había que darle de mamar a
Jane. Al principio no lo aceptaba pero terminó mamando más o menos.
Nos dijeron que con los días iría aprendiendo.
-¿Qué
sientes? -pregunté medio tumbado en un borde de la cama.
-Bueno...
es raro -me miró frunciendo el labio-.
Se está alimentando de mi... muy raro y muy doloroso.
-¿Duele? -asintió.
-¿Qué
hora es?
Lo
miré en el móvil.
-La
una de la madruga.
Pasamos
la noche fatal. Cada hora Jane lloraba, incluso cada media hora. Los
médicos nos dijeron que era normal y que hasta los tres meses o así
pasaría eso. A partir de los tres meses sólo se despertaría cada
dos o tres horas... todo muy Ok haha.
-Bue... -bostecé- buenos
días.
-Lo
serán para ti. No he dormido nada -se puso las manos en
la cara, gruñendo.
Reí
al ver su mal humor.
Cogí
a Jane de la cunita, le di un beso y la puse en los brazos de Paula
para que le diera de mamar, otra vez, sí.
A
las ocho de la mañana llegaron mi madre y Dan con flores. Nos dieron
miles de besos. Bueno, mi madre. Nos asfixió y a Jane no porque
mira... que si no hahaha.
-No
se ha muerto nadie -dije poniendo las flores en un
cacharro con agua.
-Gracias
Jay, no hagas caso al tonto de tu hijo.
-¿Y
los niños?
-Con
mi hermana. Querían venir pero les hemos prometido venir pronto, hoy
no para que no agobiaran por aquí.
-¡Se
morían de ganas!
A
las once se marcharon para no agobiarnos a nosotros ya que tuvimos
visitas. Nos dijeron que vendrían el fin de semana siguiente y se
quedarían unos días.
-¿Puedo
cogerla?
-Claro
Nialler -le dijo Paula ofreciéndosela.
-¿No
le haré daño?
-No
haha.
Después
de Cris y Niall llegaron Zayn y María.
-¡Qué
bonita es!
-¿Nos
la podemos llevar? -preguntó Zayn con ella en brazos.
-También
está la opción de que hagáis una, me ha costado lo suyo parirla
haha.
Se
fueron al ratito y vino Harry sin Mireia porque estaba en España visitando a la familia.
-¿Dónde
vas, loco?
-Hazza,
te has pasado hahaha.
-¿Qué? -sonrió.
Había
traído globos. Unos cinco. Pero no globos de estos normales... sino
de los gigantes en color blanco, rosa y plateado.
-En
la tienda he dicho ''quiero los globos más grandes que tengáis''...
¡Tachaaaaan!
Y
por último pero no menos importante vinieron Liam y Audrey.
Más
globos y más flores. Íbamos a tener que salir de la habitación
como siguieran así haha.
-¿Puedes
hacerme una foto para enseñársela a mi madre?
-Claro,
trae -le dije para que me diera el móvil.
-No,
no, que haga la foto Audrey así salgo con vosotros.
Nos
hizo la foto a los cuatro y luego se la hice a él con Jane.
En
realidad todos los chicos y las chicas se hicieron fotos con mi niña.
Por
la tarde vino Stan y trajo algo nuevo, un peluche gigante en forma de
oso.
A
la mañana siguiente teníamos que ir a casa.
-Paula,
cielo... no sé cómo pero hay muchas cosas en la habitación.
-Haha
lo sé, qué locura.
Cogí
un taxi hasta casa y llevé todo lo que pude. Volví al hospital con
mi coche y la silla especial para Jane.
-Hay
prensa, es horrible.
-Ya
lo esperábamos, no te agobies -dijo recogiendo toda la
habitación para que no se nos olvidara
nada.
-Pero
es un momento íntimo, nuestro. No, mejor dicho, de nuestra niña. No
quiero que lo estropeen -mecía a Jane en brazos para que
no despertara.
-No
lo harán. Simplemente saldremos, seremos amables e iremos hasta el
coche. Ya está.
Eso
hicimos. Salimos, fuimos amables mientras hacían fotos -no de la
cara de mi niña-, y llegamos al coche tranquilos.
Al
vernos, James nos dio la enhorabuena y acarició la cabecita de Jane.
-Es
raro, hace dos días salimos de aquí sin nada, y ahora entramos con
Jane en brazos.
-Bueno,
estar... estaba haha.
-Ya
haha pero ahora es diferente.
-Ratiiita
mira quién hay aquí -saludé feliz a mi rata al entrar
al piso.
-Anda
que los globitos y el oso ocupan poco hahaha.